Durante las últimas décadas, los think tanks conservadores como los Institutos American Enterprise, Cato, Enterprise, Hoover o Manhattan, han dominado el debate público en materia de fiscalidad, las políticas globales o las reformas del estado de bienestar. Más recientemente, también controlan el debate sobre la atención de la salud. Una estrategia con análisis académicos y técnicas de propaganda y relaciones públicas para enmascarar los objetivos y los intereses de propiedad. Un ejemplo es el Centro de Medicina en el Interés Público, un grupo que representa intereses de la Industria Farmacéutica y demoniza los sistemas universales de cuidados de la salud, la medicina basada en la evidencia o las críticas del rol de la Industria Farmacéutica, que es considerada como un proveedor generoso en la curación de enfermedades y la educación médica. Se combate la comparación de la efectividad de nuevos medicamentos con la ya existentes en el mercado bajo la acusación de «conflicto de interés gubernamental» A través de su web, diversos blogs y los medios de comunicación convencionales, P.J. Pitts, presidente del CMPI, predica el «dejad que los médicos decidan», en un contexto de promoción comercial. Pitts admitió que reciben fondos de la Industria pero se negó a cuantificarlos. Mientras enmascara su afiliación, sus tácticas comunes son la exageración, la distorsión y los sesgos informativos en una guerra permanente para atraer al médico y al público. La transparencia y la verdad son las primeras víctimas. En Bioethics Forum.

Más información: The Center for Medicine in the Public Interest

Más información: Deceptive Market Practices in the Marketplace of Ideas