Los medicamentos con receta matan a unos 200.000 estadounidenses cada año. El número crece mientras la mayoría de ensayos clínicos se llevan a cabo en el extranjero, en enfermos rusos, polacos sin hogar, y barrios marginales en la China, en lugares a donde no llega la FDA y la regulación es prácticamente inexistente. Los autores investigan la globalización de la industria farmacéutica, y el fracaso del gobierno de EE.UU. para controlar una máquina de lucro letal.

http://www.vanityfair.com/politics/features/2011/01/deadly-medicine-201101