Como es bien sabido, los Servicios Públicos de Salud  apenas dedican fondos a la Formación Continuada de los profesionales, dejando, de esta manera, el campo libre a la Industria Farmacéutica. Durante décadas las compañías farmacéuticas han influido en las decisiones de los reguladores, las sociedades médicas y los propios profesionales con resultados muy perjudiciales para la racionalidad de la salud y los intereses de los pacientes. La influencia no cesa, pero los tiempos cambian y también la formas para ejercer esa influencia.

Ahora hemos asistido a una nueva modalidad de patrocinio farmacéutico: Las Compañías Farmacéuticas financian actividades formativas, pero esta información permanece oculta para los profesionales que se inscriben en la actividad e incluso para algunos de los ponentes que son invitados a participar. La ocultación, en este caso, ha sido responsabilidad de las Gerencias del Área I y III del Sistema de Salud del Principado de Asturias en una convocatoria dirigida a los profesionales de Atención Primaria.

Médicos y las enfermeras desconocían que estaban en una jornada patrocinada por la Industria. Lo mismo le ocurrió al profesor Joan-Ramon Laporte, invitado a impartir la conferencia de clausura, desconociendo que acudía a una jornada de financiación comercial.  El Dr. Laporte, en su intervención, denunció explicitamente la manipulación y la influencia indebida de la Industria. Su nítida denuncia fue muy importante para crear conciencia entre los asistentes y combatir este tipo de prácticas.

La noticia en la prensa local:

Joan-Ramón Laporte, a la izquierda, ayer, durante su charla en Avilés.

Laporte: «España es el país de la UE donde se consumen más medicamentos nuevos»

El catedrático participó en un congreso médico en Avilés al que afirma que asistió «engañado»

«España es el país de la Unión Europea donde se consume una proporción mayor de medicamentos comercializados en los últimos cinco años; nos apuntamos a lo nuevo con mucha alegría y no nos damos cuenta de que estos tienen mayor incertidumbre sobre su beneficio y riesgo», aseguró ayer Joan-Ramón Laporte, catedrático de farmacología.

El también director de la Fundación del Instituto catalán de Farmacología participó ayer en la jornada «Apáticos o intrépidos», organizada por las áreas sanitarias I y III y a la que aseguró, asistió «engañado»: «Hay dos versiones del programa, uno de ellos con publicidad de farmacéuticas. Desde hace años no acudo a congresos donde haya patrocinios de las farmacéuticas. Cuando aceptas lo que sea, acatamos sus intereses», sentenció.

Laporte defendió que la industria farmacéutica debería estar fuera del sistema de salud y calificó de «desastre suicida para el sector» que el 95 por ciento de la formación continua de los médicos esté financiada por esas empresas. El catedrático criticó que España sea uno de los países con más gasto farmacéutico y denunció el gran número de medicamentos que toman las personas enfermas. Por ese motivo abogó por una «desprescripción». «La revisión de lo que toma el paciente es importante. Hay que ir hacia una prescripción saludable y razonada y eso es una responsabilidad del médico, del usuario, de la comunidad», aseguró.

Joan-Ramón Laporte explicó que la ingesta de medicamentos es ya la tercera causa de fallecimiento en los países industrializados, por detrás de los infartos y el cáncer. «Eso nos dice que hemos fracasado. Por eso, hay que empezar a prescribir pensando en el paciente y no en la guía de prácticas clínicas o en lo que nos dice el visitador médico. Actualmente tenemos una medicina basada en el diagnóstico de imagen y no en la sensibilidad», afirmó.

El catedrático, por ello, hizo un llamamiento a los médicos que estaban en la sala para que empiecen a pensar «más allá de los fármacos» y se seleccionen los medicamentos que se consideren esenciales «en función de las condiciones»: «hay que hacerlo buscando los remedios a partir de los problemas clínicos, y no buscando los problemas a partir de los medicamentos«. «Identificar el problema y ver los medicamento», dijo. Laporte criticó la tendencia a creer que los fármacos nuevos son más eficientes y eficaces: «Tienen más incertidumbres», aseguró.