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http://www.amsa.org/advocacy/just-medicine/


En noviembre del pasado año se celebró el XIX Congreso de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SMUMFYC). Su director-coordinador, el Dr. Esteban Granero, del Centro de Salud de La Flota, de la ciudad de Murcia, nos explica los objetivos que se marcaron:

Cartel-SMUMFYC

«Los médicos del centro implicados decidimos asumir la organización pero con unas determinadas condiciones que, aceptadas por Smumfyc, se convirtieron en nuestros objetivos:

1.-Este es un congreso profesional y de ámbito regional y queríamos que su realización fuera coherente con esta circunstancia tratando de responder a nuestras dudas y preocupaciones como especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Pretendíamos dejarlo en sus términos justos de magnitud y trascendencia y, sin olvidar la clínica, dedicarnos a hablar sobre nuestra profesión.

2.-Para ello necesitábamos libertad para la elección de temas y su forma de tratarlos de manera que, para poder hacerlo, decidimos financiarlo con nuestras cuotas de inscripción y con ayudas de instituciones públicas sanitarias. En lógica relación con las dimensiones que deseábamos darle, la inscripción queríamos que fuera razonable y alejada de los eventos similares al uso.» (las negritas son nuestras)

El Congreso fue un éxito rotundo de crítica y público. Además se saldó con 919,14 euros de beneficio económico: en el siguiente link (Inf Economico Congreso) están las cuentas que nos han remitido amablemente los organizadores para que sean públicas; más transparencia imposible.

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En febrero, se celebrarán en Madrid las XX Jornadas Nacionales de Residentes de la semFYC que, por primera vez, no tendrán financiación de la industria

«(Buscando) “Un nuevo modelo de congresos” hemos decidido este año llevarlo a la práctica y disfrutar de unas Jornadas diferentes:

– Cuotas especialmente reducidas con descuentos adicionales al realizar inscripción conjunta Tutor-Residente.

– Sin financiación externa. Las cuotas de los asistentes será la única financiación de estas jornadas, por lo que cobra aún más importancia “nuestra” y “vuestra” participación. Disfrutaréis de dos días de formación en los temas que más os interesan a vosotros.«

Hace unos par de años, Osatzen, la Sociedad Vasca de Medicina de Familia, se atrevió a organizar su Congreso sin ayuda de la industria (en esta entrada nos contaron su experiencia):

«Ya desde el principio teníamos claro que queríamos unas Jornadas libres del patrocinio de la industria farmacéutica y autofinanciadas (más o menos 70% con las inscripciones y 30% con las cuotas de los socios)»

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Son todas, actividades profesionales independientes, que -como figura en la «acreditación» que diseñamos en NoGracias para certificar congresos libres de humos- responden a valores profesionales como «independencia, transparencia, proporcionalidad.. (y) prevalece el carácter científico y no la dimensión social o lúdica.«

Los congresos médicos tienen unos fines correctos: diseminar y hacer avanzar la investigación médica, entrenar en habilidades, contribuir a la formación continuada y establecer consensos científicos.

El problema es que no existe ninguna evidencia de que los congresos médicos, tal como se desarrollan en la actualidad, contribuyan realmente a estos fines. En cambio, sí que existe evidencia en contra.

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Escribía Ioannidis en un duro editorial del JAMA:

Hay suficientes pruebas de que los congresos médicos están al servicio de valores muy cuestionables que van en contra de la medicina y el sistema de salud…; los congresos, tal como están planteados, solo favorecen a los departamentos comerciales de las farmacéuticas y a las cadenas hoteleras… Es el momento de que se extingan como los dinosaurios o de que cambien radicalmente» (énfasis nuestro)

La verdad es que es un sinsentido que los congresos médicos estén financiados y diseñados según los intereses de unos proveedores que pretenden que sus clientes, los médicos, tomen determinadas decisiones a su favor: es como si los congresos de los jueces fueran pagados y sus contenidos controlados por compañías aseguradoras o bufetes privados de abogados con interés en que se dictaminen sentencias a favor. 

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Ya es, dehecho, un escándalo público que los congresos de algún partido político hayan estado financiados por empresas privadas constructoras con interés en que determinadas adjudicaciones acaben en sus manos.

A eso, todo el mundo lo llama corrupción. 

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Lo cierto es que parece que hay un tímido pero creciente compromiso profesional con la actividad científica y docente independiente, sobre todo, desde las sociedades científicas y grupos vinculadas a la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria/semFYC (hay que valorar el esfuerzo de reflexión participativa realizado por esta sociedad en el diseño del «Congreso del futuro»), la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria/SESPAS o el SIAP de Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández (debe haber más ejemplos que no hemos detectado)

Pero además de la emergente conciencia profesional, también, cada vez hay más señales de que la industria comienza a entender que un negocio sostenible (económica, moral y socialmente) no puede estar basado en «influir» en los médicos con prebendas y «hospitalidad» y patrocinar reuniones que, como dice Ioannidis, se ocupan, con frecuencia, de difundir «una enorme e irrelevante cantidad de conocimiento pseudo-científico en forma de comunicaciones y posters«.

Los Congresos, además, se han convertido en escaparates para fabricar líderes de opinión o pasear investigadores patrocinados (una feria de vanidades) trasmitiendo a los médicos más jóvenes la mala enseñanza de que, como también decía Ioannidis, «el liderazgo médico es juzgado en medicina no tanto por los méritos científicos, el trabajo duro o la originalidad del pensamiento sino por la habilidad para navegar por los círculos del poder«

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Pues bien, parece que la industria también está cambiando. A través de una entrada titulada «Cuenta atrás para un nuevo modelo de congreso«, del recomendable blog de Miguel Ángel Máñez «Salud con cosas» conocemos la iniciativa de Eucomed, que es una asociación europea de empresas de tecnología sanitaria (las que venden prótesis, stents, marcapasos o sillas de ruedas) que agrupa a más de 25.000 compañías: 

Esta asociación ha publicado su compromiso por un nuevo formato de patrocinio de las actividades profesionales (copiamos parte de la entrada de Gómez de Diego al respecto en su blog Cardio 2.0.):

  • SOLO CIENCIA EN LOS CONGRESOS CIENTÍFICOS: Se establecen unas guías con los criterios que debe cumplir un congreso médico para ser aceptable para patrocinio por la industria. Y desmarca el patrocinio de la industria de cualquier cosa relacionada con ocio o programa social.
  • NO PAGOS DIRECTOS A PROFESIONALES: El código establece que a partir del 1 de enero de 2018 las compañías adheridas a Eucomed no proporcionaran soporte económico directo a los profesionales que acuden como “asistentes pasivos” 
  • FINANCIACIÓN DE LA FORMACIÓN MÉDICA A TRAVÉS DE ENTIDADES INTERMEDIADORAS: Las  compañías podrán seguir financiando costes relacionados con congresos pero de forma diferente, a través de “Becas de educación”. Estas becas no se darán directamente a los profesionales, sino a las organizaciones en las que trabajan o a entidades intermediarias independientes.
  • TRANSPARENCIA: La distribución de las becas tendrá que estar apropiadamente documentada y los criterios de reparto accesibles a una evaluación objetiva y pública.

Las reacciones en contra no se han hecho esperar.

¿De quién?

¿De las empresas asociadas a Eucomed que ven peligrar su capacidad para agasajar personalmente a los médicos y obtener su agradecimiento?

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No.

La primera reacción en contra ha sido la de los médicos.

Un Editorial de la revista EuroIntervention, de los cardiólogos intervencionistas, se posiciona en contra de esta decisión porque:

«Puede afectar significativamente el futuro de la educación médica continua, creando restricciones para las reuniones profesionales pequeñas y con un posible severo impacto en los Congresos más grandes. Por ejemplo, la asistencia a conferencias y reuniones se hará más complicada: la asistencia individual será más difícil con los nuevos modelos de financiación a través de terceros, como hospitales, sociedades científicas, organizadores de congresos u otras instituciones. Los costos de los Congresos serán examinados con mayor profundidad, y habrá la necesidad de demostrar el valor justo de mercado de todos los servicios, desde el catering a los honorarios de los médicos invitados como conferenciantes» (el énfasis es nuestro)

Si este alegato increíble a favor de que los médicos sigan paralizados por los conflictos de interés, en contra de la transparencia y a favor de la financiación ilegal de las sociedades científicas (imagínense a los políticos quejándose en público de que si no pagan las empresas sus viajes no hay manera de ir a sus congresos o de que sin facturas «infladas» a ver cómo financian el partido) parece insuperable, lean lo siguiente:

«A menudo se olvida que los congresos han sido creados y diseñados de acuerdo a las necesidades de los médicos y, esto es especialmente importante el caso del campo de las terapias basadas en dispositivos. Hay necesidad de foros de intercambio de conocimiento entre los médicos con el fin de aplicar correctamente y evaluar terapias farmacéuticas y de dispositivos en la práctica clínica. Nuestra preocupación es que el acceso y la asistencia a los eventos educativos, podría reducirse hasta en un 30 a 50%. Los riesgos y daños potenciales asociados a la reducción de las oportunidades de educación médica continua y la formación tendrán un impacto directo en el acceso del paciente a la mejor atención, aumentará el riesgo de un uso inadecuado de los dispositivos, reducirá la seguridad de los procedimientos y se obtendrán peores resultados»

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¿Perdón?

¿Están insinuando que si los médicos no pueden irse de viaje pagado por la industria no van a poder realizar con garantías su trabajo?

¿Están diciendo que la única manera de obtener conocimiento en cardiología intervencionista es yéndose de congreso pagado al fastuoso parque tecnológico del Sur de Francia Sophia-Antipolis -como harán en junio varios miles- y que si la industria se pone «tiquismiquis» y no paga las inscripciones como hasta ahora -invitaciones que se desarrollan bajo acuerdos particulares- morirán pacientes?

Un poco demagógico el alegato ¿no?

sophia

Eucomed ni siquiera ha dicho que no seguirá colaborando en la financiación de los congresos: lo que propone es seguir haciéndolo pero a través de instancias intermediarias que eviten el conflicto de interés directo de un profesional con la compañía que le paga el viaje -que como les dijo el presidente de Eucomed «podría ser interpretado por el público como una interacción inapropiada«-, y hacerlo además con más transparencia.

Continua el arrebato de los médicos:

«El nuevo código probablemente no afectará a los líderes de opinión pero sí a las categorías más vulnerables de profesionales de la salud, tales como jóvenes colegas, enfermeras y técnicos. Ni los jóvenes, ni las enfermeras o los profesionales afines, podrán beneficiarse de las subvenciones concedidas a los hospitales, sobre todo en las primeras etapas de sus carreras. Debemos darnos cuenta de que algunos de estos jóvenes se convertirán en los líderes del mañana y que las mejores prácticas dependen del trabajo en equipo«

Es decir, los ingresos de los líderes de opinión están asegurados (por ahora): seguirán siendo invitados como conferenciantes a los congresos y pagados generosamente por la industria por defender sus productos en conferencias promocionales vendidas a los asistentes como científicas.

Pero, los editorialistas de este panfleto, en realidad no piensan en ellos mismos -cuánta generosidad- sino que ¡temen por los médicos más jóvenes!

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¿Es que no se han enterado estos señores de que son precisamente los médicos jóvenes los más perjudicados por seguir con este juego?

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¿No saben que las escuelas de medicina más serias ya prohíben el contacto de los residentes o estudiantes con la industria?

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¿Es que no han leído las evidencias que demuestran que los residentes que no han tenido contacto con la industria son más críticos tras su periodo de formación

¿O es que estos médicos temen que el nuevo modelo de líder clínico se vaya a alejar del que ahora crece «a la sombra de la industria» y, en poco tiempo, puedan quedar en evidencia?

Escribíamos hace un tiempo como la existencia de médicos colaboradores del modelo actual de relación entre industria y medicina es fundamental para que los «médicos de la casta» puedan mantener sus privilegios. Sin jóvenes iniciados y colaboradores habituales del modelo actual -que ha normalizado las relaciones entre médicos e industria-, la élite profesional que domina el complejo médico-industrial queda en evidencia.

Los congresos serían una manera «políticamente correcta» de mantener a la gran mayoría del estamento médico adormecido y acrítico, disfrutando plácidamente de unos privilegios que, seguro, a esos mismos profesionales les parecerían inaceptables aplicados a otros ámbitos, como la política o la judicatura.

Acaba el editorial de la revista Eurointervention:

«las sociedades médicas no están preparadas para este cambio abrupto»

Ya.

Y qué hacemos.

¿Una indemnización en diferido para dar tiempo?

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Larry Husten, un conocido blogero del área cardiológica, opina que esta medida podría ser «un importante paso adelante en el tortuoso tango que bailan médicos e industria» y después de calificar el editorial que acabamos de comentar como «incendiario» , escribe:

«Debemos pensar cuidadosamente acerca de la predicción de los editorialistas de que la asistencia a las reuniones por estas nuevas políticas de la industria disminuiría entre un 30 y un 50%. Aunque esto fuera verdad, no está claro si es una buena o una mala cosa. Los autores de la editorial no parecen tener en cuenta que este posible descenso podría ser una señal de que la financiación de la industria para los congresos podría estar siendo en este momento indecorosa e incluso dañina. Si el dominio de la industria sobre los médicos europeos es lo único que sostiene los congresos médicos entonces podría ser una buena idea reconsiderar todas las implicaciones que tiene la relación entre industria y medicina, no sólo el patrocinio directo de los médicos para asistir a los congresos» (énfasis nuestro)

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Y termina el autor del comentario:

«Un pensamiento adicional: el apoyo directo de la industria a los médicos para asistir a los congresos es la punta del iceberg: grande, visible y peligrosa. Pero la parte que no se ve es en realidad mucho más grande y mucho más peligrosa.«

Los Congresos médicos son, como dice Husten, el símbolo del dominio de la industria sobre médicos y asociaciones científicas.

Las propuestas de la patronal Eucomed son razonables:

(1) seguir pagando congresos, pero solo aquellos que sean serios: solo esta medida elevará el nivel científico de las reuniones profesionales, algunas una burda excusa para conseguir financiación mientras se pasa un buen rato;

(2) seguir pagando congresos pero a través de entidades intermediadoras que garanticen que no se generan conflictos de interés directos entre la compañía que invita y el médico que asiste invitado, y que, además, sean organizaciones que tengan procedimientos públicos y trasnparentes para la distribución de las becas.

Las experiencias de SMUNFYC, OSATZEN o la próxima de las Jornadas Nacionales de Residentes de Medicina de familia organizada por semFYC, son buenos ejemplos de que se pueden hacer reuniones regionales y nacionales muy estimulantes, de precio asequible y sin pérdidas económicas.

Los siguientes pasos lógicos por parte de las instituciones sanitarias, en este proceso de re-profesionalización, es que las asociaciones científicas organizadoras:

(1) apuesten por la austeridad y los precios asequibles de las actividades profesionales;

(2) acrediten la independencia de la actividad que organizan (por ejemplo con propuestas muy parecidas a las de la Accreditation Council for Continuing Medical Education/ACCME que hemos adaptado en este texto ESTÁNDARES DE INDEPENDENCIA EN LAS ACTIVIDADES DE FORMACIÓN CONTINUADA) y

(2) exijan que las inscripciones sean pagadas por los sujetos individuales o por organizaciones sanitarias o profesionales independientes con criterios de buena gobernanza y transparencia.

¿Hay alguna sociedad científica española que se atreva a liderar la re-profesionalización de los congresos médicos?

Veremos 

Abel Novoa