David Hammerstein es un sociólogo y ecologista español de origen norteamericano que ha trabajo activamente desde hace décadas en Bruselas en defensa de los intereses ciudadanos y del medio ambiente. Hasta hace unos días formaba parte de la Junta de Gobierno de la Colaboración Cochrane como miembro externo. Junto con tres personas más, dimitió tras la expulsión de Peter Gotzsche.

Nos manda este comentario crítico con la iniciativa que publicamos ayer de la Cochrane Iberoamericana por considerarla de corto alcance y dejar el control del proceso a la actual Junta Directiva

Amigas y amigos de Cochrane:

Me dirijo a vosotros para comentar de forma casi telegráfica la propuesta Iberoamericana sobre la crisis en Cochrane generada a partir de la reciente expulsión de Peter Gotzsche. Un escrito mucho más detallado y razonado recibiréis en los próximos días en inglés. 

Considero que esta iniciativa de resolución del conflicto abierto no ayudará sustancialmente a superar la crisis abierta y reparar el prestigio de la organización, restableciendo las condiciones de confianza y cohesión necesarias para avanzar y fortalecer a Cochrane en su trabajo y metas. Dicha propuesta resulta muy deficitaria y estrecha debido a que deja fuera de la misma aspectos fundamentales, que no son superficiales ni anecdóticos, y porque se centra en el caso personal de Peter Gotzsche, ignorando a la vez los problemas subyacentes que han propiciado el conflicto.

Las condiciones de resolución del conflicto han de contar con unas mínimas garantías de partida, que han de ser acordes con las exigencias democráticas y las garantías de imparcialidad y objetividad, algo que no puede darse en ningún caso si la organización del proceso de investigación recae en las mismas manos que han sido partícipes activas en las decisiones que han llevado a la expulsión de Peter Gotzsche. Las mismas personas que han participado activamente en este este conflicto, en sus funciones de director general y co-presidentes de la Junta de Gobierno, no pueden ofrecer garantías ni confianza para llevar a cabo un proceso electoral justo y transparente de elección de los nuevos miembros de la Junta de Gobierno. El peligro es que con un cierre en falso del conflicto no se consiga reparar el prestigio y la credibilidad de Cochrane y, ademas, se añadan obstáculos en el futuro. 

A continuación enumeraré algunas de las razones del por qué esta propuesta implicaría un cierre en falso:

1. El reducido número de personas actualmente integrantes de la Junta de Gobierno, que han tomado parte y adoptado decisiones en el conflicto, han de validar y recibir el respaldo democrático del conjunto de la organización si aspiran a continuar como miembros de la Junta. En consecuencia, no es procedente ni sensato que se convoquen elecciones para solo cubrir los puestos que han quedado vacantes de la Junta de Gobierno, cuando lo coherente y lógico, en estas circunstancias excepcionales, sería la renovación completa de la Junta de Gobierno. 

2.  Cualquier proceso electoral para la elección de cargos de responsabilidad y dirección ha de contar con unas condiciones mínimas de neutralidad, objetividad y monitorización. Por ello ha de crearse una comisión independiente específicamente encargada de garantizar el proceso de elección. Los integrantes de dicha comisión o junta electoral encargada de supervisar el proceso de elección han de gozar de la máxima independencia y han de ser elegidos mediante consenso entre el Consejo, la Junta de Gobierno y los directores de los Centros. Las personas elegidas para la junta electoral han de poder contar con unos censos públicos y transparentes de los integrantes de Cochrane con derecho a voto. La legitimidad y la validez del proceso de votaciones y candidaturas ha de establecerse a partir los censos de los miembros de Cochrane existentes con anterioridad a la actual crisis. La junta electoral así creada también ha de establecer unos plazos temporales suficientes para garantizar el debate abierto y el contraste de opiniones previas a las votaciones finales sobre las candidaturas presentadas. 

3.  La propuesta de crear una comisión investigadora que sea nombrada y orientada en sus tareas por el actual liderazgo de Cochrane, sea del Governing Board o del equipo ejecutivo, no ofrece garantías de imparcialidad ni tampoco integra objetivos más amplios como abordar los problemas organizativos, democráticos y estratégicos que están en el origen del actual conflicto.

4. Una investigación centrada exclusivamente en el particular proceso de expulsión de Peter Gotzsche excluirá de hecho la necesaria evaluación de los déficits democráticos de funcionamiento de los órganos de gobernanza de Cochrane, los relacionados con la política de conflictos de interés de los redactores de Cochrane y el modelo de negocio editorial de la organización. 

5. La próxima selección de un nuevo editor-jefe de Cochrane es una decisión de vital importancia para el presente y futuro de la organización. Por eso es imprescindible un proceso con amplios cimientos democráticos que no puede dejarse en las manos exclusivas del director general (CEO) y los co-presidentes de la Junta de Gobierno que han sido protagonistas activos de la actual crisis. 

Un saludo cordial 

David Hammerstein, Miembro externo del Governing Board de Cochrane dimitido el 13 de septiembre de 2018