El 25 de noviembre es el día mundial contra la violencia de género. Numerosas manifestaciones en diversos países mostraron el rechazo que parte de la sociedad siente hacia la violencia que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. Desde la plataforma NoGracias queremos sumarnos a este rechazo. Decimos NoGracias a la violencia contra las mujeres, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones. 

Esta violencia se da en diferentes escalas y en diferentes entornos. Y el entorno sanitario es uno de los entornos donde las mujeres sufren violencia. Las desigualdades de género o la inequidad en salud son violencia. Carme Valls Llobet, médico endocrinóloga especializada en medicina de género y directora del programa «Mujer, salud y calidad de vida», del Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), denuncia en su libro ‘Mujeres, salud y poder’, cómo las enfermedades de las mujeres son marginadas, poco estudiadas y cómo se psiquiatrizan sus patologías, medicándolas por sistema

http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/134590/WHO_RHR_14.23_spa.pdf

Un momento especialmente vulnerable a la violencia es el embarazo, parto y puerperio. La violencia ejercida contra las mujeres en esos momentos se ha denominado Violencia Obstétrica (VO). Está caracterizada por la OMS:

“En todo el mundo, muchas mujeres sufren un trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros de salud, que no solo viola los derechos de las mujeres a una atención respetuosa, sino que también amenaza sus derechos a la vida, la salud, la integridad física y la no discriminación. Esta declaración reclama un accionar más enérgico, diálogo, investigación y apoyo en relación con este importante problema de salud pública y de derechos humanos”.

http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/272435/WHO-RHR-18.12-spa.pdf

Este otro reciente documento de la OMS, se basa en la premisa de que la mayoría de las mujeres desean tener un trabajo de parto y nacimiento fisiológicos y alcanzar un sentido de logro y control personales a través de la participación en la toma de decisiones, inclusive cuando se requieren o desean intervenciones médicas. Las mujeres quieren ser tenidas en cuenta y escuchadas en su proceso de embarazo, parto y puerperio. La atención obstétrica puede salvar vidas, pero en ocasiones las intervenciones médicas no justificadas generan una cascada de intervenciones que pueden dar lugar a iatrogenia.

https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/InformeFinalEAPN_revision8marzo2015.pdf

Para estandarizar la atención al parto según la máxima excelencia y evitar posible iatrogenia, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social publicó en el 2012 la Estrategia de Atención al Parto Normal, y la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal, entre otros documentos de interés. Las propuestas del documento Estrategia al parto normal son las siguientes (tabla 1):

Algunas de las actuaciones que pueden causar iatrogenia son los tactos vaginales frecuentes, la ruptura de membranas, el uso de oxcitocina en el parto, las maniobras agresivas como el Kristeller, los partos instrumentados o las cesáreas no justificadas médicamente. Respecto a las inducciones o cesáreas no justificadas, se estima que en el año 2015 en Cataluña un mínimo de 5.913 mujeres embarazadas fueron inducidas sin un motivo médico que así lo justificara y 8.519 fueron sometidas a una cesárea innecesaria.

https://www.elpartoesnuestro.es/blog/2018/01/09/donallum-publica-el-informe-nacer-en-horario-laboral-en-colaboracion-con-el-parto-es-nuestro

Son datos del informe Nacer en Horario Laboral en Cataluña, que constata que el número de partos se
incrementa en los días centrales de la semana y disminuye notablemente durante fines de semana y festivos. 

Además de iatrogenia, la limitación de la movilidad de la mujer, la restricción de líquidos o alimentos durante el parto pueden causar malestar psíquico y emocional. Otras situaciones como no poder estar acompañadas por la persona que deseen, ser separadas de su hijo/a tras el parto, no ser informadas sobre las intervenciones que se realizan en su cuerpo (no poder manifestar consentimiento informado), o el trato infantilizador o irrespetuoso por parte del personal sanitario pueden acarrear mucho sufrimiento en las mujeres y se pueden considerar Violencia Obstétrica.


Podéis ver aquí algunas viñetas publicadas en la gaceta electrónica de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetrícia. Estas viñetas pretenden ser humorísticas, pero en realidad muestran una total falta de respeto hacia mujeres y bebés (ver comentario de El parto es nuestro)

https://www.donallum.org/wp-content/uploads/2018/11/Joint-statement-2018-int-day-elimination-violence-against-women-PDF.pdf

A menudo las mujeres perciben el trato recibido durante el parto como violento. Miles de mujeres se consideran víctimas de Violencia Obstétrica en todo el mundo. Sin embargo, el término Violencia Obstétrica genera controversia y no está tipificado a nivel legal en nuestro país ni en la mayoría de países europeos. Países como Venezuela, Argentina, Mexico, Chile o Brasil sí reconocen la Violencia Obstétrica como una forma específica de violencia machista y este concepto es tenido en cuenta en su legislación, tal y como expone este manifiesto, elaborado por varias organizaciones civiles europeas, que exigen a las autoridades internacionales, europeas y nacionales que tomen medidas para erradicar la VO.

https://us18.campaign-archive.com/?e=e52bacb293&u=fbf1db3cf76a76d43c634a0e7&id=5a73a608b8

Y para poder luchar contra algo, es necesario reconocer que existe. Recientemente, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetrícia (SEGO), emitía un documento titulado “Violencia obstétrica: Un concepto legalmente delictivo, moralmente inadecuado, científicamente inaceptable”. 

En este documento, encontramos párrafos como estos:

«El gran reto, no solo para los obstetras y ginecólogos en particular, sino para los médicos y sanitarios responsables de otras disciplinas en particular, es saber que cualquier situación de salud es susceptible de enfermar, y aquí radica la labor más trascendente de nuestra misión médica, adelantar esta posibilidad diagnóstica mediante el cribado del riesgo individual y colectivo de que aparezca una situación anómala (…) El conocimiento actual ha permitido desentrañar las múltiples y complejas interacciones madre-feto a lo largo de toda la gestación y los cambios evolutivos que se producen en los 280 días que dura la misma. Gracias a estos conocimientos y a los procedimientos científicos a disposición de los especialistas y de las madres responsables, ha sido posible por ahora ir minimizando, y en un futuro erradicando, las secuelas de un embarazo y parto dejado al albur oportunista, sin control y por tanto sin poder detectar tempranamente cualquier adaptación tanto materna como fetal a una gestación considerada, como la mayoría de ellas, fisiológica, pero que como todo proceso complejo y dual madre-feto, no nos olvidemos de que este importante matiz diferenciador con otras situaciones clínicas que se dan en Medicina, puede ser susceptible de enfermar y para ello estamos cada vez más preparados e informados gracias a los avances tecnológicos y de conocimiento en este y otros aspectos. En el parto, cada individuo se enfrenta de forma solitaria a su destino en 10 centímetros de vagina, está en nuestras manos acompañarlo y ayudarlo a enfrentarse al resto de una vida de 80 años con la mejor adaptabilidad, salud e independencia social.»

La Sociedad española de Ginecología y Obstetricia considera que gracias a los conocimientos, a los procedimientos científicos y gracias a las madres responsables (la SEGO otorga este calificativo a “algunas” madres) se ha minimizado las secuelas de un embarazo y parto dejado al albur oportunista y sin control. Considera además que en el parto cada individuo se enfrenta en solitario a su destino en 10 cm de vagina. 

Pero resulta que cada individuo que nace no lo hace en solitario, enfrentándose a esos 10 “hostiles” centímetros de vagina, sino que tiene una madre que le ha gestado durante 9 meses, que está con él en el trabajo de parto. No, no es un enfrentamiento, es un trabajo en equipo.

Resulta que es el cuerpo de ella el que, junto al bebé, hace el trabajo para que éste llegue al mundo. Y resulta también que la mayoría de veces no es necesaria la intervención médica para un proceso fisiológico que forma parte de la sexualidad femenina. El parto es de las mujeres, las mujeres saben y pueden parir si son bien acompañadas. Y la atención obstétrica será necesaria en el caso de que haya alguna complicación médica. La protagonista es la mujer.

La posición en la que se produce el parto ejemplifica muy bien quién tiene el protagonismo. La mayoría de mujeres prefiere posiciones verticales para parir, que son más fisiológicas para el correcto desarrollo parto y más convenientes para el feto. Pero no son posiciones cómodas para el obstetra, que suele colocar a las mujeres tumbadas para el parto. Es el personal sanitario quien debería adaptarse a la mejor posición para mujer y feto, y no al revés. 

https://www.elpartoesnuestro.es/blog/2018/10/31/la-sociedad-espanola-de-ginecologia-y-obstetricia-sego-niega- la-violencia-obstetrica-el-parto-es-nuestro-responde

Este polémico documento de la SEGO ha sido criticado por diversas asociaciones civiles y profesionales, entre ellos la asociación Dona Llum o El Parto es Nuestro, la psiquiatra infanto-juvenil Ibone Olza, entre otros. Podéis leer aquí las críticas al documento, a las que NoGracias desea sumarse con el presente escrito.

NoGracias se declara en contra de la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus formas. La Violencia Obstétrica es una forma de violencia contra las mujeres

Hortensia Vallverdu es pediatra y miembro de la Junta Directiva de NoGracias