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   Marino el 13 octubre, 2019 a las 20:15

   Ni más alto ni más claro: el ejercicio de la medicina es de una complejidad tal que sigue ofendiendo a la inteligencia promedio el terraplanismo irreductible de quienes, adeptos a una ciencia de garrafón, siguen pretendiendo imponer en todo ámbito el axioma de cualquier totalitarismo: o conmigo o contra mí.
   El mundo esférico, caleidoscópico, multidisciplinar de la Medicina, con todas sus variables de libertad, autonomía, valores y elecciones de profesionales y población; con toda su vocación, visión y misión en dinámica adaptación de su alta responsabilidad… Todo queda reducido al binomio “ciencia” o “pseudociencia” cuando pasan la apisonadora y sus mamporreros.
   Como tenemos que recordar, el peligro, la amenaza trasciende el (solo en cierto sentido) anecdótico intento de eliminación indiscriminada de toda “pseudoterapia”, tanto en su aspecto de ejercicio médico (sin importar lo honesto, integrado y responsable que pueda ser) como en el de la libertad de elección informada y responsable de los usuarios. Ese peligro se cierne contra toda la sociedad y profesión médica más allá de esa punta de lanza de perseguir, de “poner al desnudo” “pseudoterapias”. Ese objetivo inmediato es, en realidad, el chocolate del loro.
   El auténtico aliento de la bestia lo empezamos a oler (antes incluso que a sentir en el puro cogote) los profesionales y población atestiguando impactados las acciones combinadas de dirigentes profesionales terraplanistas, autoridades con el panóptico selectivamente tuerto, agentes del pensamiento único del MEADO* y departamentos de ventas del Negocio tecno-fármaco-sanitario.
   La horda infiltra profesión, colegiatura médica y medios; atemoriza a la población con falsos informes de muertos por “pseudociencias”; acosa en la universidad, presiona en el Parlamento, expedienta a colegiados por discrepar con vacunaciones sistemáticas y masivas de dudosa necesidad, no sujetas a compensaciones a afectados, y todo el rosario de “cuentas” que los cientifistas van “saldando” en estos 3 últimos años de veda abierta.
   Pero (¿todavía habrá alguien que no lo vea?) lo que intento decir es que, en mi opinión, la purga no termina con las “pseudoterapias”. Recién empieza. “Ciencia” pergeñada de aquella manera contra la autonomía de las personas, la independencia del acto médico, la libertad de prescripción facultativa y hasta la misma libertad de expresión de todos. Todo tendrá que ser “científico” o desaparecer.
   Como personas libres y comprometidas en ámbito sanitario, intentamos abordar en forma integrada el estudio de sistemas adaptativos en sus diferentes niveles de complejidad. Así nos refiramos a los procesos de salud, enfermedad y curación de cada uno de nuestros pacientes, al ejercicio de la Medicina en las actuales coordenadas sociales y económicas, o al estudio de sistemas sanitarios no menos complejos. Al efecto, esta estupenda entrada viene a sumar. Pero, claro, hay que arremangarse a trabajar y dejarse de supremacismos pseudo-cientícos. Y sin pseudo.
   Y la auténtica, necesaria Ciencia a lo suyo.
   *MEADO: movimiento escéptico auto-denominado y organizado. Como es sabido, 2 de sus destacados miembros, uno ni médico ni sanitario, “vigilan” en exclusiva el ejercicio médico no convencional en España desde el “observatorio contra las pseudociencias…”, creado por los actuales dirigentes de la Organización Médica Colegial. Lo que ellos, los iniciales 5 del observatorio “entienden” (en sus propios términos) por “pseudoterapias”: he ahí el objetivo.

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