La medicina y los sistemas sanitarios como hasta ahora eran conocidos viven momentos difíciles. El papel y la importancia de los Estados son cada vez menores y el poder e influencia de las empresas son, por el contrario, mayores.

Son dos los vectores de fuerza que empujan los sistemas sanitarios en una misma dirección. Por un lado, las empresas que se emplean en la gestión de los servicios sanitarios. Por otro, las empresas que se relacionan con los sistemas como las industrias farmacéuticas, tecnológicas o alimentarias.

Ambas fuerzas actúan sinérgicamente con un mismo objetivo: anteponer su interés privado al interés general. Esto se traduce en costes monetarios que pagan los ciudadanos y daños en salud que sufren los pacientes y sus familias.  

Esta coalición de intereses despliega su poder, a su vez, en dos escenarios. En primer lugar, compra al árbitro, esto es, ejerce su influencia de captura al Estado. En segundo lugar desliga al paciente de la ascendencia que tenían sobre él los profesionales sanitarios. Le convierte en un sujeto capaz de tomar sus propias decisiones las cuales serán influidas por, oh sorpresa, las mismas empresas, en un contexto claro de asimetría de información.

Este proceso lo hemos estudiado y reconocido perfectamente en la tradición anglosajona (EEUU, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda) y es allí hacia donde quieren que caminemos y hacia donde, de hecho, nos encaminamos.

El plan era perfecto hasta que apareció la sociedad civil organizada. Rara vez se le opone una resistencia a un poder omnímodo y por eso NoGracias es un milagro levantado sobre los hermosos y profundos valores que nos mueven. Esto hace que cobre todo el sentido el trabajo que se ha realizado hasta ahora en la Plataforma y el que tenemos por delante, que es inmenso. La inmensidad del trabajo informa de su necesidad.

Vamos a necesitar que nos apoyéis en todas las derivadas de la Plataforma: ante la opinión pública, en los ámbitos institucionales y en lo económico.

Gracias por todo Abel; aquí y ahora recogemos tu testigo. Gracias por haber llegado tan alto y tan lejos, por haber empujado tanto. Seguimos en esta misma dirección con el modelo organizativo y con la metodología de trabajo que las problemáticas que vamos a enfrentar a partir de ahora nos van a demandar, pero con idénticos principios.

La mejor teoría para la mejor acción.

Roberto Sánchez. 

Presidente de NoGracias