[English version below]
Tenemos el orgullo y el privilegio de presentaros en NoGracias la edición en castellano del nuevo libro de Peter Gøtzsche: Kit de supervivencia para la salud mental y retirada de psicofármacos.
El libro se puede descargar aquí.
“Este libro ayudará a las personas con problemas de salud mental a sobrevivir y volver a una vida normal. La población general está convencida de que los medicamentos contra la depresión o la psicosis y los ingresos en unidades psiquiátricas son más a menudo dañinos que beneficiosos, y esto es también lo que muestra la ciencia. Aun así, la mayoría de las personas continúan tomando medicamentos psiquiátricos durante muchos años. Esto se debe principalmente a que han desarrollado dependencia a esas sustancias. Los psiquiatras y otros médicos han contribuido a que cientos de millones de personas dependan de los medicamentos psiquiátricos y, sin embargo, no han hecho prácticamente nada para averiguar cómo ayudarlas a dejarlos de manera segura, algo que puede ser muy difícil. El libro explica en detalle cuán dañinos son los medicamentos psiquiátricos y le enseña a la población cómo pueden retirarse de manera segura. También informa sobre cómo las personas con problemas de salud mental pueden evitar convertirse en pacientes psiquiátricos etiquetados de por vida y perder 10 o 15 años de su vida debido a la psiquiatría”.
“Peter Gøtzsche es un médico danés que combina sus extensos conocimientos prácticos y teóricos para producir textos que ayudan en la toma de decisiones diarias a médicos y a pacientes del mundo entero. Su dominio de la metodología científica da un enorme crédito a dichos trabajos. A destacar sus estudios sobre las mamografías de cribado del cáncer de mama, que demostraron su nulo impacto sobre la mortalidad y sus daños por sobrediagnòstico. También sus trabajos sobre la falta de efectividad y los daños del uso generalizado de psicofármacos, que le han llevado a estimar que en conjunto han producido más daños que beneficios y a acusar a las industrias de prácticas mafiosas para lograr su prescripción sin ciencia” por Juan Gérvas (miembro de No Gracias).
“Peter C Gøtzsche estaba «solo» cuando criticaba las prácticas que querían aplicarle a su mujer en el hospital al dar a luz. Con la creación de la Nordic Cochrane Center (entre otros centros internacionales) se balanceó (algo) esa asimetría actuativa médica. Sus (totalmente lógicos) requerimientos de los datos duros en el campo oncológico, farmacéutico y psiquiátrico causaron mumerosas quejas al periodista y C.E.O. de la Cochrane Mark Wilson que trató reiterativamente de amonestar a Peter de de una manera intimidante (mostrando así qué importaba realmente en la investigación científica a gran escala y a qué popes o espaldas plateadas no debía molestar). El desenlace con el cese de Peter como director del Centro Nórdico Cochrane tuvo proporciones bíblicas. Se volvió a desequilibrar el sonambulismo sanitario. Fuera de su blog y del Instituto para la Libertad Científica tiene a su alcance el blog NoGracias para poder errar las veces que quiera (albergando en cada intento suyo la posibilidad de acertar con sus críticas). La cosa no es defender a quienes no se equivocan. La cosa es dar voz a los que han sido «afonizados«. Y con su nuevo libro, Peter facilita un kit para ayudar a dar el carácter «post-psiquiátrico» a quienes andan bajo su yugo en vez de servirles de apoyo existencial” por Marc Casañas (miembro de No Gracias).
Lecturas recomendadas / Recommended reading:
Death of a whistleblower and Cochrane’s moral collapse. Book.
Summary of Cochrane’s show trial and illegal expulsion of Peter C Gøtzsche
The review on antidepressant withdrawal that Cochrane won’t publish.
Systematic violations of patients’ rights and safety: Forced medication of a cohort of 30 patients.
Dr. Peter Gøtzsche talks about his views on screening for breast and prostate cancer.
Abel Novoa. A shift in the scientific paradigm. No Gracias 20 Aug 2018.
Abel Novoa. Ravetz’s post-normal science. No Gracias 11 April 2019.
[English version]
We are proud and privileged to present to you at NoGracias the Spanish edition of Peter Gøtzsche’s new book: Survival Kit for Mental Health and Withdrawal of Psychotropic Drugs.
The book can be downloaded here.
“This book will help people with mental health problems to survive and return to a normal life. The general population is convinced that drugs for depression or psychosis and admissions to psychiatric units are more often harmful than beneficial, and this is also what the science shows. Still, most people continue to take psychiatric medications for many years. This is mainly because they have developed dependence on these substances. Psychiatrists and other physicians have contributed hundreds of millions of people to become dependent on psychiatric medications, yet they have done virtually nothing to figure out how to help them safely quit, which can be very difficult. The book explains in detail how harmful psychiatric drugs are and teaches the population how they can be safely withdrawn. It also reports on how people with mental health problems can avoid becoming labeled psychiatric patients for life and losing 10 to 15 years of their life to psychiatry”.
“Peter Gøtzsche is a Danish physician who combines his extensive theoretical and practical knowledge to produce texts that help doctors and patients around the world in making daily decisions. His background of scientific methodology gives enormous credit to such works. To highlight his studies on breast cancer screening with mammograms, which demonstrated their null impact on mortality and their adverse effects due to overdiagnosis. Also his works on the lack of effectiveness and harms of the generalized use of psychotropic drugs, which have led him to believe that together they have produced more harm than benefit and to accuse the industries of mafia practices to achieve their prescription without science” by Juan Gérvas (No Gracias´member).
“Peter C Gøtzsche was «alone» when he criticized the clinical practices that doctors wanted to apply to his wife in the hospital when she was giving birth. With the creation of the Nordic Cochrane Center (among other international centers) this medical actuation asymmetry was (minimally) balanced. His (totally logical) requirements for raw data in the oncology, pharmaceutical and psychiatric fields caused numerous complaints to the journalist and Cochrane’s C.E.O. Mark Wilson who repeatedly tried to admonish Peter in a paternalistic and bullying way (signaling what really mattered in large-scale scientific research and to not disturb popes neither silverback practitioners). The top-down forced cessation of Peter´s job as director of the Nordic Cochrane Center had biblical proportions. The sanitarian somnambulism was unbalanced again. Outside of his blog and the Institute for Scientific Freedom, he has NoGracias’s blog at his disposition to be able to err as many times as he wants (harboring in each one the possibility of getting his criticism right). The issue is not to defend those who are not wrong. It is to give voice to those who have been «aphonized«. And with his new book, Peter provides a kit to help give a «post-psychiatric» character to those who are under his yoke instead of serving them as existential support” by Marc Casañas (NoGracias´ member).
Lecturas recomendadas / Recommended reading:
Death of a whistleblower and Cochrane’s moral collapse. Book.
Summary of Cochrane’s show trial and illegal expulsion of Peter C Gøtzsche
The review on antidepressant withdrawal that Cochrane won’t publish.
Systematic violations of patients’ rights and safety: Forced medication of a cohort of 30 patients.
Dr. Peter Gøtzsche talks about his views on screening for breast and prostate cancer.
Abel Novoa. A shift in the scientific paradigm. No Gracias 20 Aug 2018.
Abel Novoa. Ravetz’s post-normal science. No Gracias 11 April 2019.
Gracias
De entrada es un libro que todo médico con inquietud médica debe leer.
En la página 101 dice:
“Esto es difícil de conciliar con los resultados de un estudio de cohorte cuidadosamente realizado que demostró que los ISRS matan a una de cada 28 personas mayores de 65 años tratadas con estos medicamentos durante un año,y con el hecho de que los fármacos duplican los suicidios.”
Es decir, que esos fármacos matan más que la Covid 19, y no se ha decretado ningún confinamiento
Y en la página 135 dice:
“Los médicos de familia son los mayores prescriptores de psicofármacos,”
Supongo que algún psiquiatra en la sala tendrá algo que decir, y también muchos médicos generalistas con inquietudes psiquiátricas pueden matizar o rebatir de alguna manera.
¿Autismo total?
No he tenido tiempo de leer este libro, pero imagino que irá en la linea de otro anterior, «Psicofármacos que matan y denegación organizada», donde ya planteaba estos temas. Estuve en la presentación del libro en Madrid hace años y he de reconocer que no he visto cambios en los planteamientos de médicos generales y psiquiatras (desde mi punto de vista en la consulta del pueblo, aunque no tengo datos de consumo de fármacos). Sí, se podría hablar de una respuesta autista. Pero, al fín y al cabo, los médicos solo somos parte de una sociedad, una sociedad que, he descubierto en la pandemia, se comporta de forma autista, obediente, sumisa, sin iniciativa, sin vida. Creo que la sociedad en general, y sus individuos, han perdido gran parte de vitalidad respecto a generaciones previas. Quizás sea eso lo que tenemos y «no se le pueden pedir peras al olmo».
En mi opinión, es al contrario. La “sociedad en general” no ha perdido una vitalidad llamémosla proactiva que (casi) nunca ha tenido, ni en ésta ni en previas generaciones. Siempre (casi) son individuos especialmente informados, concienciados, motivados o todo ello quienes tiran de los carros sociales, sanitarios… De modo que lo que esta pandemia está resaltando al respecto es, efectivamente, la auténtica naturaleza de esa misma sociedad en general, en los referidos términos de sumisión, etc. En otro comentario me he referido amistosamente a estas mayoritarias “clases pasivas”.
Si nos centramos en el ámbito psiquiátrico, tres cuartos de lo mismo. Cito a Thomas Szasz*, su impresión respecto a la implicación social 2-3 generaciones anteriores a la nuestra:
“- Conocer los problemas reales de la sociedad y de las personas significa derrumbar los fundamentos mismos de la psiquiatría. ¿Qué opina usted de esta propuesta?
– (…) Una de las razones por las que existen problemas de este tipo —y existen muchos otros problemas en el mundo además de los vinculados con la psiquiatría— es que la mayoría de las personas, casi siempre, no quiere saber qué sucede realmente, al contrario, quiere negarlo; y usa precisamente la psiquiatría para negarlo.”
*Entrevista en El prejuicio psiquiátrico, Giorgio Antonucci. Katakrak Liburua, 2018.
Efectivamente los MAP (Médicos de Atención Primaria) son los que más psicofármacos prescriben, aproximadamente 80%. Ellos, recetan los fármacos que de forma pseudocientífica ordenan los psiquiatras. Además, por ignorancia, falta de tiempo, paternalismo, falta de humildad, etc. Los MAP sistemáticamente recetan ansiolíticos, antidepresivos, análogos de benzodiacepinas… en la consultas de AP. Habitualmente, con valoraciones subjetivas de escasos minutos, un paciente de cualquier edad, puede salir de la consulta con un diagnóstico del DSM sin fiabilidad ni validez. Y como tratamiento, 1 o 2 psicofármacos por un problema anímico de la vida diaria.
Es muy frecuente recetar ISRS por tristeza, insomnio, fatiga, depresión sin evaluar(leve, moderada, mayor)… Igualmente se prescribe psicofármacos por estar en paro, ser pobre o desahuciado, una rotura sentimental, perder un ser querido, etc. hay solución para todo.
Generalmente no se informa del escaso efecto terapéutico de estos fármacos (según Irving Kirsch en muchos casos menos que un placebo), ni de los graves efectos adversos: adicción (posteriormente los síntomas adictivos son confundidos con recaídas del diagnostico primario cuando se intenta dejar estos fármacos, con lo cual el ciclo se mantiene durante décadas ); trastornos graves en los sistemas homeostáticos de la serotonina y de otros neurotrasmisores en el SNC como en el resto del organismo.
Los MAP generalmente desconocen otras alternativas para los problema anímicos de la población que no sea la prescripción de psicofármacos. Los resultados para la salud mental, desde mi opinión (más de 40 años de experiencia profesional en el sistema sanitario español), son catastróficos, representan un problema de salud pública que cada vez es más insostenible. Las causas deben ser abordadas y aclaradas con debates serenos y con participación de todas las partes. Ya no es de recibo la actitud de «todo para el paciente sin contar con él».
Los sobrediagnósticos y sobretratamientos de psicofármacos por parte de los psiquiatras y MAP, como dice P Gotzsche produce más daño que beneficio.
Saludos cordiales
En toda mi vida profesional he recetado en menos ocasiones que dedos tiene una mano benzodiacepinas, y las he retirado por docenas. Mi simple argumentación: que no se medican las emociones humanas… si pretendemos seguir siendo humanos. Me apiado poco de los pacientes que se quejan amargamente de dormir mal en el hospital, ya que yo mismo nunca he dormido ni medio bien en el hospital, ahora bien:
La lucha continua en este campo es una lucha no contra el posible errado parecer de un enfermo, sino contra una sociedad enferma. Una sociedad infantilizada que no admite el menor grado de molestia o incomodidad y en su perpetua frustración exige todo de su médico, reaccionando con irascibilidad e intolerancia inasequible a una explicación si no obtiene instantáneamente una receta ante su queja.
Muchos de los males que lloramos los hemos fabricado nosotros mismos como sociedad, y ahora, arrégleme usted eso.
Un saludo
Qué formidable defensa del genuino acto médico y de la Medicina frente al comercialismo puro y duro, ese parásito de los sistemas sanitarios. La emprendida por el bueno de Gøtzsche. No solo resistiendo (no tendría poco mérito) sino revirtiendo además vientos y mareas agitados por intereses ajenos por igual al bien del paciente y a la vocación, visión y misión de la Medicina.
Una Medicina, un médico bien dispuestos a escuchar lo que los pacientes dicen respecto a los tratamientos recibidos no menos que a los males y diagnósticos para los que fueron prescritos. Léase ahora (llevamos ya mediada la lectura del libro), por ejemplo, la cruzada del autor y colaboradores para ayudar a pacientes y profesionales en la retirada segura de psicofármacos cuando estos resultan innecesarios y adictivos. Su prescripción se sabe cómo empieza, pero no siempre dónde y cómo acaba. Cuando acaba.
Una Medicina, un médico que se sirven de la ciencia para avanzar en su propia labor, no que rinden “ideales, lealtades, armas y pertrechos” al cielo sabe qué “ciencia”. Y lo hacen a un coste profesional y personal llamativo. Inasumible, efectivamente, para las “clases pasivas” de la profesión y de la sociedad, las mismas que siguen acatando acríticamente consignas y directrices de un Negocio que tiene la sartén de esa “ciencia” bien asida por el mango.
Su lucha, la de Gøtzsche, anima, amplifica y resuena en otras luchas por mantener operativa una Medicina racional sin prejuicios, que sigue avanzando en el asentamiento de teoría y prácticas seguras y efectivas sobre bases rigurosas. Pero que también admite el ejercicio honesto de una Medicina empírica de lo que parece resultar seguro y útil a los pacientes en espera de la auténtica (no la de los agentes de ventas) cientificación. Así venga respaldado ese empirismo, de momento, con mucha, poca o regular “evidencia científica”.
Permítaseme recordar al respecto una de esas “luchas” en nuestro ámbito nacional. En este caso, contra la desatinada pretensión de una Medicina absoluta, acrítica y excluyentemente sometida a una mal traducida y peor asimilada por algunos “evidencia científica”. Se trata de la modesta aportación de un colegiado en el proceso de participación abierto entre la colegiatura médica española durante la actualización del Código de Deontología Médica.
Quizás sea de interés aquí pues, como digo, unas luchas amplifican otras en el proceso de mantener a salvo una Medicina al servicio del paciente.
https://www.medicosnaturistas.es/codigo-de-deontologia-medica-alegaciones-al-articulo-26/
Gracias.
Vaya por delante que me cae simpático Peter Gøtzsche, a quien además conozco personalmente, y mis simpatías hacia la Psiquiatría son más bien tibias y ocultas. Pero…
Peter Gøtzsche concluye su libro de una forma excesivamente radical en que, prácticamente, habría que eliminar no solo a los psiquiatras, cuyos únicos y escasísimos elementos buenos de la profesión son aquellos que se doblegan dócilmente a las directrices de Gøtzsche, sino la propia especialidad.
Fantástico. Muerto el perro se acabó la rabia. Sólo que aquí estamos matando al perrero, no al animal rabioso, porque existe la Psiquiatría desde la Edad Media secundario a que existen enfermos psiquiátricos.
Gøtzsche es internista. Muy bien. Vámonos de excursión a 1900 y veamos lo que un internista es capaz de hacer con los enfermos, que por miles, acuden a su consulta en el cambio de siglo. ¿Qué es capaz de hacer con los nefrópatas?: darles agua de litines y describir la agonía urémica. ¿Y con los cardiópatas?: hojitas de digitalina, para lo que sirva, y reposo, mucho reposo. ¿Qué hace con los epilépticos?: atarlos entre cojines. ¿Y con los diabéticos? Una preciosa referencia ganadora de una medalla médica sobre las etapas terminales consuntivas de la hiperglucemia.
¡Ah! pero la guinda del pastel es la cantidad de locos que un internista fabrica a base de inyecciones mercuriales para algunas enfermedades infecciosas. Un soneto de la iatrogenia. Sí, y con estrambote.
Un internista en 1900 sabe mucha Medicina y ha hecho muchas autopsias. Pero curar cura un pimiento, y encima su morbilidad yatrógena es de hacérselo mirar. ¡Por Dios! Si tuviera un mínimo de decencia y dignidad, se habría hecho cirujano, que por lo menos cura algo, aunque sea tapando un agujero o amputando un miembro…Eliminemos pues la Medicina Interna en 1900, siguiendo las recomendaciones de Gøtzsche.
Aunque si se mira bien, tan sólo cincuenta años antes todo aquel al que hacía un simple arañazo un cirujano moría entre terribles espasmos o bajo los nauseabundos aromas de la podredumbre de hospital. Almas clementes y piadosas habían clamado por que se quemasen todos los hospitales quirúrgicos para dar alguna tregua a la nación.
Nada. ¡Qué se elimine también la Cirugía! diría Peter Gøtzsche en 1850.
Señores, seamos serios. El mayor o menor atraso de una rama médica no es ninguna justificación para cerrarla, sino, todo lo contrario, para estimular su estudio y desarrollo.
Y Gøtzsche, con todos nuestros respetos, ni ve ni trata enfermos psiquiátricos.
Que existir, existen, aunque eliminemos la Psiquiatría.
La psiquiatría convencional, biologicista, reduccionista produce más daño que beneficio en la sociedad.
Es una crítica habitual de Gotzsche. En sus créditos, PG figura como médico internista, pero también como profesor analista en diseño de investigación en la Universidad de Copenhague. Fue cofundador de la Colaboración Cochrane y con sus revisiones sistemáticas y análisis rigurosos de la investigación científica dio prestigio y reconocimiento a la Cochrane. Imagino que es por estos últimos méritos por lo que es traído en este artículo. Fue expulsado de la Cochrane junto a sus colaboradores, en una votación muy ajustada en su contra. Por cierto, que el prestigio de la Cochrane ahora, se está perdiendo desde que se metió en la cama con la Big Pharma.
Otros investigadores relevantes consideran a la psiquiatría convencional actual como un fraude: psiquiatras como Peter Breggin, Joanna Moncrief, David Healy, Jim van Os; en España psiquiatras como Javier Alvarez, J Valdecasas, Ortiz Lobo…; periodistas y escritores que analizan las investigaciones científicas Rober Whitaker en su libro «Anatomía de una Epidemia». En mi opinión son autores que desde la neutralidad y la transparencia, aportan claridad al estado actual de la psiquiatría.
Existe un grupo o tendencia que se denomina antipsiquiatría (aunque el termino se le atribuye a Thomas Szasz, R D Laing y otros contemporáneos). Es curioso que ninguna otra especialidad de la medicina tiene un grupo ideológico opositor. No existe ningún grupo anti-cardiología, anti-cirugía, anti-oncología…, al menos de la relevancia de los antipsiquiatria.
Estos antipsiquiatria, en su mayoría está compuesto por pacientes sobrevivientes de los tratamientos psiquiátricos. Son victimas porque muchos siguen dañados física y psicológicamente. La psiquiatría les dijo, que tenían un «trastorno cerebral» para toda la vida, y que necesitarían psicofármacos para corregir dicho problema, todo ello sin ningún tipo de evidencia científica sostenible ni demostrable con marcadores biológicos ni otras pruebas diagnosticas. Toda mi solidaridad y reconocimiento para estos sobrevivientes.
Las críticas que se hacen a la psiquiatría son tan de cajón que cualquiera con dos dedos de frente las puede hacer. Son las mismas que se pueden hacer a cualquier rama de la Medicina en un momento concreto de su historia, y las que se vierten por ejemplo a la oncología en estas mismas páginas mirando siempre el lado de la botella medio vacía.
Pero, ni tenemos psiquiatras por amiguísmo del dedo del político de turno, esto es, por decisión absurda e irrelevante, ni por muchas críticas que hagamos habremos solucionado el problema de partida, que es la existencia del paciente psiquiátrico.
Hay psiquiatras porque hay enfermos psiquiátricos. Es muy fácil criticarlos, pero muy difícil aportar soluciones al paciente psiquiátrico.
Salvo que uno se baje al barro, se haga psiquiatra, y lidie con los pacientes y con las críticas de salón de los que sin tratar enfermos, como Gotzche, tienen soluciones al parecer para todo mal.
Matizo el final de la anterior entrada porque da pie a que se entienda mal.
Hay un puñado de médicos en el mundo con el suficiente conocimiento de la estadística, cuya labor en la metodología de los estudios de grandes poblaciones es muy encomiable y sirve de guía a la gran mayoría de médicos de a pie en cuanto al valor o daño de un determinado tratamiento.
La labor anterior es muy útil tanto en cuanto a saber a qué atenerse ante determinado tratamiento en cuestión. Punto.
De ahí a concluir contra toda una rama médica hay un salto muy grande, salvo que se aporten las soluciones. Un estudio que concluya No, lamentablemente no abre la puerta para que podamos mandar los pacientes al colega que concluye No, y seguimos esperando como podemos para derivar los pacientes al colega que logre establecer algún Si.
El libro en cuestión que se brinda aquí aporta una valiosa colección de Noes, muy útiles de cara a la práctica de cualquier médico, pero no soluciona el tema de qué hacer ante un paciente psiquiátrico, y tanto él como su angustiada y desasistida familia deberán seguir poniéndose bajo el cuidado, cualquiera que sea el desarrollo técnico del momento actual, de los que brindan el poco o el mucho de esos cuidados, que son los psiquiatras.
Desautorizarlos completamente no es una conclusión práctica que el ejercicio de la Medicina pueda permitirse el lujo de mantener, por lo tanto, de cara al paciente, las recomendaciones finales del autor son desmedidas e irreales.
Creo que ahora, reconociendo el mérito del autor, pero criticando su conclusión final, queda mejor argumentado.
Alternativas a la psiquiatría dices? Creo que son incontables. La misma lectura mínimamente comprensiva de Gotzsche o algunos de los autores que se han mencionado, escuchar a los sobrevivientes y víctimas de la psiquiatría. También podrían ayudar a aclarar dudas: Diálogo Abierto, Hearing voices, Mad in America, aquí mismo Nogracias en Salud Mental… es difícil que en los tiempos actuales con internet no se encuentre la información que uno quiera.
No obstante, uno puede sentirse abrumado con determinados pacientes que manifiestan sufrimiento y angustia emocional intensa, es frecuente encontrar estos problemas en la consultas. Mi opinión es que la mayoría de los profesionales quieren dar un trato digno a estas personas. Para ello, lo primero de todo hay que ser honestos, dar la información oportuna y que demande el paciente, buscar las causas, tratar de averiguar ¿qué le sucedió?, y mantener el principio de «primero no hacer daño».
Creo que en una consulta de MAP habitual no da para más.
¿O es que alguien cree o tiene alguna prueba sólida de que los problemas mentales son debidos a un «desequilibrio neuroquímico» en el cerebro y que debe ser corregido añadiendo serotonina o inhibiendo la dopamina?
Si es así, que diga en que parte del cerebro está el problema. ¿Está en los núcleos subcorticales, en el sistema límbico, en el cortex prefrontal?
¿está en las neuronas o en sus productos neurotransmisores, etc?
(para más información ver a Terry Lynch, «Delirio de la depresión: el mito del desequilibrio químico»)
Por mucho que se empeñen los psiquiatras, los problemas mentales no son como cualquier otra enfermedad orgánica. No son como la diabetes que sí tiene un déficit en un marcador biológico observable y medible, y por tanto necesitará insulina para corregir dicho déficit.
¿O es que se conoce la cantidad necesaria mínima de serotonina de una persona para etiquetarla de depresión? A pesar de la afluencia de dinero gastado para encontrar esos marcadores biológicos, la respuesta sigue siendo NO.
Además, si tal problema fuese biológico, en todo caso sería competencia de la neurología.
Entonces, ¿ a que juego macabro y deshonesto están jugando los psiquiatras? Creo que solo venden aceite de serpiente. Porque lo que si es cierto es que los psicofármacos que utilizan si tienen capacidad de alterar estructuras determinantes para el funcionamiento cerebral. Esto lo documenta bien Joanna Moncrief en su modelo del fármaco y de la enfermedad.
Bien, uno es materialista u organista en la comprensión de los fenómenos biológicos. Con un organismo en reposo, el 20 % del consumo de oxígeno sucede en el sistema nervioso, indicando la gran demanda energética que tan fenomenal maquinaria exige, y el cese de la circulación desenchufa las funciones corticales a velocidad eléctrica como todos sabemos.
Se criticó mucho a los psiquiatras en su época del diván freudiano. Todo era comportamiento y traumas de la existencia. Se les critica ahora, si todo es organicista y sináptico mediado.
Supongo que las teorías del mensajero sináptico omiten el gran poder de la glia. Sin una trama reticular, un hepatocito en cultivo pierde sus funciones rápidamente. Las neuronas no son nada sin la ordenación y soporte glial. Un trauma psicológico puede dejar una herida glial, como una cirrosis derrumba el conjuntivo que rodea al hepatocito.
En cualquier caso una cosa es ser conscientes del mucho conocimiento que aún falta en la comprensión de la enfermedad psiquiátrica, y otra muy diferente que hacer ante el enfermo psiquiátrico que acude, que acude, pues los médicos no salen a cazar a lazo a los pacientes en la calle, a demandar una atención, o la familia que implora una ayuda ante la imposibilidad de convivencia de un miembro en cuestión.
Si alguien se siente capacitado para tratar él solito esquizofrénicos, maniacos, grandes depresivos, sociópatas, psicópatas y un largo etcetera, que se los pida y muy gustosamente se los mandamos. Mientras tanto, la mera crítica no nos aporta ninguna solución.
Un saludo
Está claro que existe mucha patología inventada para poder tirar la basura en forma de drogas destructivas y descargas eléctricas cerebrales. La red está muy bien montada, con fuertes intereses por corporaciones con mucho poder, y algunos les va muy bien.
Ha quedado claro también que los términos «enfermedad, «dolencia» o «trastorno», se utilizan habitualmente en el habla común y por médicos reales para indicar la presencia de una patología biológica o anatómica. Es decir la psiquiatría convencional se ha apropiado de forma falaz del método científico-médico para decirles a sus clientes que tienen una patología cerebral que ellos comprenden y pueden curar eficazmente. A si, es muy frecuente oír de forma autoritaria y arbitraria el absurdo aberrante sobre la depresión de sus pacientes «usted lo que tiene es una enfermedad real como la diabetes».
Este es el primer acto indigno y deshonesto de la mayoría de los psiquiatras convencionales. El diagnóstico de las enfermedades mentales.
En mi opinión, un médico real que busca ayudar a la persona que tiene delante debería decir: «está experimentando una serie de pensamientos/sentimientos y comportamientos que los psiquiatras elegimos llamar enfermedad para aumentar nuestro prestigio, poder y ganancias. Pero no es una enfermedad en el sentido normal de patología biológica/anatómica.»
Pero no harán esto porque la noción de enfermedad real, «al igual que la diabetes», es el ingrediente esencial del engaño psiquiátrico, ha sido durante décadas y sigue siendo en la actualidad. (Philip Hickey lo argumenta de forma magistral) https://www.madinamerica.com/2020/11/dr-aftab-interviews-dr-pies/
Somos conscientes de que sesgos, tergiversaciones, conflictos de intereses, presiones de la industria farmacológica… existen en todas las especialidades médicas reales. Tampoco se nos escapa que algunas enfermedades (tuberculosis, cardiopatías, insuficiencia renal…), se comprende bien el proceso de enfermedad, en otros casos no tanto. Pero siempre los médicos reales consideran que la necesidad de identificar la patología subyacente es primordial de hecho es de esencial importancia para avanzar. Sin embargo lo que está ocurriendo con la psiquiatría en su forma de conceptualizar la enfermedad y practica clínica, se asemeja más épocas prebiológicas, precientíficas, terraplanista, en los tiempos actuales es sencillamente una indecencia.
Por cierto Sr Lopez, me parece muy interesante lo de la lesión de las células glia por el trauma psicológico. ¿Podría dar más información o aportar documentación?
Gracias
Ley ciertas referencias hace ya más de una década. La cuestión es que la consideración de la glia en las enfermedades neurológicas en general y psiquiátricas en particular tiene mucho sentido ya que es la que da sustrato a la neurona.
Cualquier búsqueda en pub med brinda suficientes referencias.
Algunos ejemplos que me han parecido interesantes:
https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/75000/ESQUIZOFRENIA%20Y%20GLÍA.pdf?sequence=1&isAllowed=y
https://www.investigacionyciencia.es/blogs/medicina-y-biologia/27/posts/el-papel-de-la-gla-en-la-depresin-18158
Este es interesante en su posible relación con el desorden bipolar:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5997869/
Un saludo
Disculpas por las malas pasadas inadvertidas del corrector automático, que siempre hay que andar corrigiendo….
Gracias, Sr López, por sus enlaces. Aunque para mi gusto demasiado “bio-bio-bio” (eufemismo por el exceso de biologismo psiquiátrico).
Con sus insuficiencias teórico-practicas, el modelo médico más utilizado desde finales de los 70 es le “bio-psico-social”. Es difícil definir la enfermedad en términos estrictamente somáticos, sin tener presente en la propia actividad médica los aspectos psico-sociales.
A pesar de ello, la psiquiatría convencional, en su práctica, siempre ha mantenido un sesgo excesivamente biológico; lo psico-social es poco importante, es secundario en los problemas de los seres humanos.
Sin embargo, desde el punto de vista de la psicología, se mantiene una actitud más holística, integral, contextual. Y, sin menospreciar lo biológico, consideramos que lo psico-social está en el mismo rango de importancia en el proceso de salud-enfermedad.
En los enlaces que usted envía, se pone de manifiesto un biologicismo de escaso rigor científico. Los textos están plagados de expresiones retóricas tales como: “sin evidencia empírica…”, “podría ser…”, “los resultados no son concluyentes…”, “nos faltan datos sólidos sobre la etiología y el tratamiento…”, etc.
A modo de ejemplo, en el trabajo de J V Pinto dice textualmente:
“la microglía activada y las citocinas inflamadas se han señalado como posibles biomarcadores del Trastorno Bipolar (negrita añadida). De hecho, estudios recientes (que no se nombran) han demostrado que el Trastorno Bipolar implica la activación de la microglía en el hipocampo y alteraciones en las citocinas periféricas “
Es un buen ejemplo de Falacia Circular, que, según las leyes de la lógica, no demuestra ni la veracidad ni la falsedad de la proposición, pero la presenta como el resultado lógico de un razonamiento y, por tanto, como conclusión verdadera.
En otras palabras, que no se demuestra ninguna evidencia científica.
Creo que el emérito psiquiatra biologicista Ronald Pies editor de la revista “Tiempos Psiquiátricos” no apreciaría este trabajo.
Saludos cordiales
Bueno, el resultado de un razonamiento lógico bien hecho siempre es verdadero. Pero no es suficiente para conocer lo ontológico y por ello necesitamos del método científico.
Salvo que el ser humano sea alma, me temo que decir psico no es decir nada en absoluto. Solo es una palabra que se correlaciona con un cajón lleno de interrogantes, dudas e ignorancias, ya que la psiqué, o es el alma inmaterial y espiritual o es un resultado de múltiples funciones orgánicas.
Yo me inclino por lo segundo. Otra cosa es que no conozcamos su completa ontología.
Así como el tontorrón aparato digestivo padece un sinfín de enfermedades, todas y cada una de ellas orgánicas, el complicado sistema nervioso tiene también que adolecer de defectos u excesos orgánicos.
En cuanto a la sociología, últimamente se la mete en casi todo, no pudiendo aportar casi nada.
Un cordial saludo
Voy a contestar en dos entradas porque veo que en una sola no puedo disentir con todo lo que usted dice. En esta primera entrada, intercalaré mi respuesta con las afirmaciones que usted hace y, para distinguir, escribo mi respuesta con mayúsculas.
Bueno, el resultado de un razonamiento lógico bien hecho siempre es verdadero. Pero no es suficiente para conocer lo ontológico y por ello necesitamos del método científico.
TENGO QUE DISENTIR:
PARA QUE EL RESULTADO DE UN RAZONAMIENTO LÓGICO SEA VERDADERO NO SOLO TIENE QUE ESTAR BIEN HECHO EL RAZONAMIENTO; TAMBIÉN TIENE QUE PARTIR DE PREMISAS VERDADERAS.
PERO TAMBIÉN EXISTEN LAS TAUTOLOGÍAS, QUE NO SON FALSABLES Y, POR TANTO, CARECEN DE UTILIDAD. TAL ES EL CASO DE LA FALACIA CIRCULAR.
NO PODEMOS HABLAR DE MÉTODO, SINO DE MÉTODOS CIENTÍFICOS. LA LÓGICA Y LAS MATEMÁTICAS TAMBIÉN SON CIENCIAS, CIENCIAS FORMALES. Y TAMBIÉN REQUIEREN DE UN MÉTODO, QUE ES DISTINTO AL DE LAS CIENCIAS EMPÍRICAS. PERO TAMPOCO PARA LAS CIENCIAS EMPÍRICAS HAY UN ÚNICO MÉTODO.
EN CUALQUIER CASO, PREVIA A LA APLICACIÓN DE CUALQUIER MÉTODO, PARTIMOS SIEMPRE DE UN MARCO CONCEPTUAL DENTRO DEL CUAL HAY MUCHOS SUPUESTOS QUE NO SE SOMETEN A CRÍTICA. UNO DE ESOS SUPUESTOS PUEDE SER EL REDUCCIONISMO BIOLÓGICO.
Salvo que el ser humano sea alma, me temo que decir psico no es decir nada en absoluto. Solo es una palabra que se correlaciona con un cajón lleno de interrogantes, dudas e ignorancias, ya que la psique, o es el alma inmaterial y espiritual o es un resultado de múltiples funciones orgánicas. Yo me inclino por lo segundo. Otra cosa es que no conozcamos su completa ontología.
ALMA (SIN CONNOTACIONES RELIGIOSAS), PSIQUE, YO, MENTE… ES UNA PARTE INTEGRAL DEL SER HUMANO.
Así como el tontorrón aparato digestivo padece un sinfín de enfermedades, todas y cada una de ellas orgánicas, el complicado sistema nervioso tiene también que adolecer de defectos u excesos orgánicos.
PERO NO PODEMOS REDUCIR LA MENTE AL CEREBRO NI TODO LO QUE ACONTECE EN UN SER HUMANO A LA MERA BIOQUÍMICA.
En cuanto a la sociología, últimamente se la mete en casi todo, no pudiendo aportar casi nada.
PERSONALMENTE, ESTA OPINIÓN ME PARECE LAMENTABLE. SIN SER YO EXPERTO EN SOCIOLOGÍA, ADMIRO PROFUNDAMENTE A ALGUNOS SOCIÓLOGOS (POR EJEMPLO, ZYGMUNT BAUMAN), A SU INTERPRETACIÓN DEL SER HUAMANO, QUE, NOS GUSTE O NO NOS GUSTE, ES UN ANIMAL ESENCIALMENTE SOCIAL, SUPERPONIÉNDOSE ESTA DISMEMSIÓN A LA DIMENSIÓN BIOLÓGICA, QUE NO SE PRETENDE NEGAR.
Un cordial saludo
OTRO CORDIAL SALUDO
SEGUNDA ENTRADA. Para seguir mejor un hilo conductor, necesito una segunda entrada.
En lo que se refiere a las ciencias empíricas, cualquier teoría debe ser, si no verificable de forma definitiva, sí al menos falsable. Y una falacia circular no es falsable; por tanto, no es científica. Además, tiene que ser replicable por otros investigadores. El conocimiento científico se consolida más cuantas más falsaciones resiste, aunque nunca sea definitivamente verdadero. Un cambio de paradigma puede descolocar todos los conocimientos que creíamos seguros. Pero si una teoría no es falsable, entonces ya no hay que esperar un cambio de paradigma; simplemente no es científica.
Toda investigación científica está sesgada por factores culturales, políticos, financieros, religiosos, éticos… La crisis de la “replicabilidad” es un problema importante en la investigación psiquiátrica (ver a Gotzsche, R Whitaker)
En psiquiatría cada día es más evidente el triunfo del marketing sobre la ciencia. La Big Pharma junto con la APA han sesgado la Medicina Basada en la Evidencia hacia los productos que fabrican y patentan con codicia insaciable; de ahí el afán de crear diagnósticos del DMS con sus tratamientos respectivos, que producen más daños que beneficios a los pacientes y a la sociedad.
Respecto al alma, habrá que preguntar a los psiquiatras (del griego, psique-alma e iatreia-curación). Al mismo tiempo, podemos preguntarles cuando perdieron la suya si es que alguna vez la tuvieron.
Por cierto, la dimensión ética del ser humano, ¿se reduce también a la biología o a la química? ¿O no existe tampoco esta dimensión ética?
En cuanto a las afecciones orgánicas del cerebro, faltaría más. En los ictus, isquemias, traumas craneoencefálicos, demencias… Es evidente que se producen lesiones cerebrales y tienen una especialidad que se ocupa de ellos, la neurología. Con toda probabilidad la ansiedad, el pánico, el estrés, las emociones intensas… Producen modificaciones en el cerebro, se han podido observar mediante neuroimágenes. ¿Y qué? Dichas situaciones también correlacionan con taquicardia, elevación de presión arterial, hiperventilación… y no se hacen diagnósticos cardíacos o de insuficiencia respiratoria. Ni mucho menos tratamos con antiarrítmicos, broncodilatadores o antihipertensivos cuando se dan estas situaciones.
Respecto a la sociología, tengo que confesar mi ignorancia, de la cual no estoy orgulloso. Pero sí puedo recomendar a todos los que piensan que no aporta nada la lectura de Zygmunt Bauman. Ayuda mucho a comprender algunas claves de la sociedad en la que vivimos, de la que no puede desgajarse nuestra identidad como seres humanos que, por supuesto, tiene una dimensión biológica, pero también tiene otras muy relevantes.
Este tipo de lecturas resultan mucho más productivas y enriquecedoras para mí que seguir con este tipo de entradas que ya resultan repetitivas.
Saludos cordiales.
No puedo descargar en español Kit de supervivencia para la salud mental y retirada de psicofármacos. Por Prof. Dr. Peter Gøtzsche.
Como podría hacerlo?
Grcias
Se lo enviamos a su correo electrónico.
Todo lo que dicen los afectados del libro es totalmente cierto. He intentado dejar seroxat tres veces, la última ha sido devastadora, te conviertes en otro ser, es indescriptible, una bajada a los infiernos, es quedarte sin tu equilibrio, es que tu alma huya de tu cuerpo. Yo acabé en un estado de pánico permanente, tenía miedo a todo, migrañas, diarreas continuas, mareos, odio hacia el mundo, deseos suicidas irrefrenables, psicosis, etc etc etc horrible. Los psiquiatras son homicidas. Y ahora no sé si podré dejar las drogas, si podré volver a ser la misma personas esperanzada y alegre de antes, la que siempre seguía adelante. A mí me dieron seroxat para compensar la ansiedad que me generaba el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia. Ahora estoy mucho peor que antes, mucho peor.
Hola Maria Jose hace cuanto tiempo tomas ese psicofarmaco y cual otros tomas
Hola, ya estoy mejor… lo tomaba desde el 2009 para ansiedad por una fibromialgia provocada por un antibiótico (absurdo todo, realmente). ME apoyo en una concepción del mundo distinta, ahora lo entiendo de otra manera. También tomo medicina ayurvédica y medito. Pero vamos, si tuviera dinero denunciaba a las farmacéuticas, que no son más que empresas codiciosas a las que no les importa nada el sufrimiento que provocan. Y bueno… en España la tendencia es estar polimedicado, sin necesidad alguna. Al final, lamentablemente, el estamento médico es el brazo con el que actúa una empresa que está sedienta de avaricia y mide sus logros por la cuenta de pérdidas y ganancias. El concepto «hacer el bien» desapareció hace años para esconderse en hipocresía y palabrería. En general, vivimos en un mundo terriblemente hipócrita, que parecería amable, pero que esconde corrupción sistémica hasta las médulas. Quién no lo sabe, cae en la red de la araña, y que dios lo socorra porque le van a sacar las entrañas de diferentes maneras.