El uso de opioides en los últimos años ha ido en aumento, principalmente asociado al tratamiento del dolor crónico no oncológico (DCNO). En Catalunya, el 20% de los hombres y el 30% de las mujeres reportan padecer dolor. Aun así, su indicación para el DCNO suscita controversia, ya que no se recomienda cómo tratamiento de primera línea ni su balance riesgo-beneficio a largo plazo ha sido evaluado.

 

Figura 1. Uso de opioides (DHD) en España, 2010-2020.

Fuente: Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios

 

En este escenario de gran consumo,  el Observatori del Sistema de Salut de Catalunya  ha analizado las desigualdades socioeconómicas territoriales, género y áreas básicas de salud (ABS): “Geographical, Socioeconomic, and Gender Inequalities in Opioid Use in Catalonia”.

Los resultados del estudio revelan grandes diferencias entre ABS en el uso de opioides (hasta 10 veces más). (Ver Figura 2)

 

Figura 2. Uso de opioides débiles (DHD estandarizado por edad) según sexo y ABS, Catalunya 2019.

Nota: figura de: Geographical, Socioeconomic, and Gender Inequalities in Opioid Use in Catalonia.

 

Además, las mujeres cuentan con una tasa de consumo mucho más elevada y esta se acentúa cuanto más desfavorecida es la ABS de residencia.

Otro dato destacable es el nivel socioeconómico de la ABS. Se ha constatado un gradiente socioeconómico en todos los grupos de edad y en ambos sexos, de modo que cuanto menor es el nivel socioeconómico de la ABS, más elevado es el uso de opioides. (ver figura 3).

 

Figura 3. Odds ratio en el uso de opioides débiles (DHD) según nivel socioeconómico (quartiles del Índice socioeconómico compuesto) ajustado por el diagnóstico de cáncer por grupos de edad y sexo, Catalunya 2019.

Odds Ratio: Población de referencia ISC Q1 ya que tiene una vulnerabilidad socioeconómica menor. Nota: figura realizada a partir de los resultados de: Geographical, Socioeconomic, and Gender Inequalities in Opioid Use in Catalonia.

¿Y ahora qué?

Los resultados del estudio sugieren algunos temas para abordar cuál debe ser el papel del sistema sanitario en la reducción de las desigualdades observadas. En primer lugar, es necesario que se garantice la igualdad y equidad de oportunidad territorial en el acceso a tratamientos alternativos o especialistas (unidades del dolor) y no ceder rápidamente a la medicalización exclusiva del DCNO. También es necesario realizar una revisión en profundidad, por parte de los proveedores de salud, de la praxis para el tratamiento del dolor, aplicar protocolos actualizados y reclamar los recursos económicos pertinentes.

Por su parte, los resultados del estudio evidencian que el consumo de opioides está fuertemente condicionado por determinantes sociales y de género. Por ello, consideramos que la política pública juega un rol determinante en la identificación de los colectivos de riesgo y el diseño de medidas para un uso más racional de estos medicamentos. Es imprescindible tener en cuenta el contexto en el tratamiento del dolor, si bien zonas más deprimidas económicamente pueden tener unas prevalencias mayores de población con dolor, el gradiente socioeconómico observado (ver figura3), y las grandes diferencias territoriales (ver figura 2) indican que el sistema sanitario también forma parte de la ecuación.  El género destaca por ser uno de los factores más determinantes en el uso de opioides; las mujeres tienen más probabilidades de ser tratadas con opioides por DCNO que los hombres. Este patrón se ha descrito anteriormente en otros análisis de uso de analgésicos. La desigualdad en el uso de opioides tiene unas raíces sociales y de género y por ello requiere de soluciones estructurales más allá del ámbito sanitario.

 

Júlia Serra Colomer

Economista y Máster en Investigación en Sociología y Demografía. Trabaja en la Unidad de Investigación Clínica de l’Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques (IMIM). Focalizada en el estudio de las desigualdades socioeconómicas en la salud.

Neus Carrilero

Farmacéutica y Máster en Salud Pública en la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona. Trabaja en la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries, en el Observatorio de las Desigualdades en Salud. Estudiante de doctorado en Biomedicina por la UPF sobre “Desigualdades sociales en la salud de la población infantil en Catalunya”. Focalizada en el estudio de las desigualdades sociales y resultados en salud.