Discurso de graduación de Tomás Zapata en la Facultad de Medicina de Alcalá de Henares (Madrid, España) en 2002. Tomás Zapata se especializó en Medicina de Familia, y posteriormente en Salud Pública. En la actualidad trabaja en Copenhage para la OMS Europa.

 

“SER QUIJOTES”

 

 

“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”.

 

Así comenzó su andadura nuestro entrañable Don Quijote de la Mancha. Como él hace 6 años que nosotros hicimos realidad un gran sueño entrando en esta Facultad de Medicia de Alcalá.

Vinimos cargados de ilusiones, inquietudes, sueños, utopías. Con unas ganas locas de conocer gentes, ideas, de aprender, de ensanchar nuestro mundo interior y lanzarnos a lo desconocido con la fuerza y valentía que da la juventud.

 

Durante estos 6 años hemos permanecido en la hacienda, en sus patios, entre libros de caballerías, de dragones y princesas, ensimismados en la lectura, soñando en ser un día Caballeros.

También hemos podido hacer buenas amistades, amigos como Sancho, con quien compartir la gran aventura que es la vida. Amigos con los que la frase de aquel sabio: “Antes que al Médico llama al Amigo”, toma un sentido pleno.

 

Como no hablar de los profesores, que han sido muchos. Unos pocos Excepcionales, personas de esas que son difíciles de encontrar, que son un ejemplo a seguir, personas a las que uno tiene que pegarse y absorber toda su sabiduría Médica y de la Vida. A estos nuestro agradecimiento.

 

Ha habido momentos duros, de mucha tensión, en esos momentos, como no, la familia, novias/os, y los amigos han sabido darnos todo su apoyo, cariño y paciencia. Un fuerte abrazo para todos ellos.

 

En estos años, gracias al apoyo de la Universidad en muchos casos, cosa que agradecemos, también hemos tenido tiempo para romper la burbuja de cristal y salir a Conocer y Sentir la realidad de otros países, como: Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Cuba, Ecuador, Argentina, Perú, India, Eslovenia, Polonia…, entre otros, que nos han ayudado a “Abrir la Mente y el Corazón”, a respetar lo diferente, a conocer otras formas de vivir la vida, de entender la Medicina. A descubrir nuevos valores, a derribar esquemas preestablecidos, a relativizar muchas cosas, a dejar buenos amigos y a apostar por un mundo donde haya Justicia Social, donde todos seamos realmente Hermanos.

 

Hoy es el gran día, ha llegado el momento tan deseado.

Es la hora de ensillar a Rocinante, de ponerse la vieja armadura, de tomar nuestra lanza, de llamar al amigo Sancho y armarnos caballeros en el pozo de la venta.

Es la hora de lanzarse al camino a Galopar en busca de nuestros sueños, de apostar por el Delirio y la Locura, si es que apostar por el Ser Humano es un Delirio o una Locura.

Ha llegado el momento de Ser “QUIJOTES”, y luchar contra los Gigantes de la Deshumanización en la Medicina, la frialdad, la prepotencia, la arrogancia, la competitividad, la falta de escucha, de interés, de empatía. De luchar contra la Indiferencia. Alguien dijo una vez: “La lucha del Médico no es contra la muerte, es contra la Indiferencia”, y aunque muchos vean Molinos de Viento, son Gigantes, y están ahí, amenazantes.

 

Sancho, amigo, creo en una Medicina “HUMANA”, con mayúsculas, donde el “Buen Médico”, es aquél que además de poseer grandes conocimientos científicos, posee un Corazón Grande y Cercano a los demás. Es aquél que escucha y comprende, aquél que es sensible al sufrimiento del otro, que es tolerante, emprendedor, humilde, sencillo, aquél que ve en el otro Médico un compañero con quien sumar esfuerzos.

Aquél que disfruta con lo que hace, que entiende el enorme privilegio y responsabilidad que supone Ser Médico. Aquél que antepone la Salud de su paciente a cualquier otro interés personal.

Aquél que transmite felicidad, sinceridad, coherencia, autenticidad.

Aquél que es humanista, culto, crítico con lo que pasa a su alrededor, que se interesa por otras realidades y tiene un profundo deseo de seguir aprendiendo, de seguir creciendo en lo humano y en lo espiritual.

Creo en el Médico “Agente de Salud”, y no solo de enfermedad, que entiende a la persona como un Todo, y como tal no sólo vale la pastilla, la RM o el bisturí, sino también es necesaria “LA PALABRA”, como lazo de unión entre dos seres humanos, como vehículo de sanación, prevención y complicidad.

 

Sancho, amigo, ésta es nuestra gran oportunidad, somos nosotros y nadie más, quienes decidimos hacia donde caminar y qué camino hacer al andar. En nuestras manos está.

Y no olvides nunca esto:

“Vale, pero mucho más, la Vida de cualquier ser Humano, que todo el dinero del hombre más rico del mundo”:

Siempre Luchando.                                                Tomás Zapata López