Aunque todos los medicamentos están asociados con riesgos de reacciones adversas, las vacunas son una categoría especial porque se administran a personas sanas y sólo se puede aceptar un riesgo muy bajo de reacciones adversas. Por otra parte, la vacunación debe realizarse con el consentimiento pleno de los participantes, lo que requiere una información objetiva de beneficios y riesgos. Las campaña de promoción y la forma como se está procediendo con la vacunación del VPH, no parecen ser las más adecuadas, desde sus afirmaciones sobre la prevención del cáncer cervical o su prevalencia en las sociedades occidentales, hasta las reacciones adversas graves (incluyendo muertes) que han sido documentadas. Las políticas futuras de vacunación deben cumplir con mayor rigor las directrices éticas de consentimiento informado.

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