TÍTULO
Torturas en Israel. Participación médica: torturadores (Israel) y torturados (Palestina)
SUBTÍTULO
¿Dónde está el médico? Si hay torturas sistemáticas, el médico está con los torturadores.
Profesionales de la sanidad por Palestina, España (HealthWorkers4PalestineSpain)
Resumen
Las atrocidades que comete Israel contra Palestina son expresión de políticas coloniales que buscan el apropiamiento de bienes muebles e inmuebles y la “anulación de la población originaria”.
El régimen de apartheid y ocupación de Israel está inextricablemente ligado a las violaciones de derechos humanos.
Es decir, son políticas que pretenden eliminar toda resistencia al arrebatar la dignidad, la solidaridad y la ternura, también el arte y la cultura, pues, para establecer un régimen colonial, no basta con matar, hay que aterrorizar y degradar a personas y poblaciones. Ello se logra, en mucho, con la detención ilegal y la tortura sistemática de miles de individuos.
Cuando hay tortura sistemática es imprescindible la presencia médica, como se ha documentado múltiples veces en Israel. Y la cuestión no es de profesionales sádicos y/o degenerados, sino algo institucional, del cuerpo sanitario israelí y, en último extremo de toda la sociedad israelí.
El personal de sanidad israelí participa de múltiples formas en las prácticas degradantes contra presos palestinos, desde la tortura en las propias prisiones al incumplimiento de normas de obligado cumplimiento en los hospitales israelíes a los que se llevan a pacientes presos, incluyendo la participación en trasplantes ilegales (piel, cóclea, córnea, rinón, etc).
En concreto, respecto a las torturas en prisiones y centros de detención, los médicos israelíes cooperan en
1/ la valoración inicial (ignorando en muchos casos las malas situaciones de ingreso, desde enfermedades a lesiones),
2/ la falta de documentación y registro de los daños causados por la tortura,
3/ la prestación de servicios de baja calidad y la atención superficial,
4/ el compartir información con los torturadores,
5/ la no denuncia de las torturas y
6/ la práctica de todo ello buscando el anonimato.
La destrucción sistemática de las instalaciones sanitarias y la detención, tortura y asesinato deliberado de profesionales de la sanidad de Palestina por parte de Israel obedece a un plan colonialista general de genocidio y “disolución” de las estructuras y los determinantes que ayudan a vivir como humanos en sociedad, un plan para debilitar el “pegamento” que nos hace personas.
Tal sociedad amoral que tolera el aniquilamiento y la pérdida de derechos humanos de otra sociedad es una sociedad enferma que envenena la vida de sus propios ciudadanos.
La sociedad colonizadora israelí no puede escapar a lo que ocurre en la colonia (la ocupada Palestina) y la ideología de las leyes racistas, la normalización del despojo y la brutalidad opresora no se queda allí, vuelve y contamina el pensamiento, las artes, la justicia y la vida del propio Israel.
Israel es un peligro para sí mismo, para Palestina, y para la Humanidad.
La tortura carece de ética, es una brutalidad sin sentido, y además resulta ineficaz (la información que se obtiene es la que se quiere, aunque sea falsa forzada por la desesperación).
El fin no justifica los medios, nunca, NUNCA. Ni siquiera en “la guerra contra el terrorismo”.
Lamentablemente, ni se consideran ni enseñan en los estudios de pre y postgrado de ciencias de la salud ni la “Declaración de Tokio”, de la Asociación Médica Mundial (contra la participación de médicos en la tortura y trato degradante a personas detenidas y/o encarceladas), ni el “Protocolo de Estambul”, ni las “Reglas Nelson Mandela” de la Organización de Naciones Unidas (“Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, “Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos”). En síntesis: «No utilizaré mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y libertades civiles, ni siquiera bajo amenaza».
https://www.ohchr.org/sites/default/files/documents/publications/training8rev1sp.pdf
https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/Nelson_Mandela_Rules-S-ebook.pdf
NOTA
Las naciones “occidentales” apoyan a Israel desde su fundación en 1948 como demuestra la tolerancia a su incumpliento sistemático de los acuerdos y leyes internacionales. También apoyan el genocidio actual, incluyendo la “demonización” que justifica la destrucción selectiva de las instalaciones sanitarias y el asesinato, encarcelamiento y tortura de profesionales de la sanidad.
Conviene tener presente, por ejemplo, una enmienda israelí que se aprobó en la Asamblea Mundial de la Salud (OMS, Organización Mundial de la Salud) el 31 de mayo de 2024. La enmienda israelí «pide la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes retenidos en Gaza, incluidos niños, mujeres y ancianos, y condena el uso, por parte de grupos armados, de instalaciones sanitarias, incluidos hospitales y ambulancias, que pone en peligro a la población civil». La enmienda recibió un amplio respaldo, desde aliados tradicionales, como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, hasta países que suelen oponerse a Israel en foros internacionales, como Islandia, España y Filipinas
https://www.jns.org/israeli-amendment-surprisingly-passes-world-health-assembly/
CONTENIDO
1.- ¿Qué transmitir?
2.- ¿Qué impacto queremos?
3.- Puntos clave
4.- La tortura en Israel
5.- En Israel la tortura no es de hoy
6.- Fuentes principales de información actual
7.- Informes y declaraciones
8.- No es una cuestión personal sino institucional y colonialista
9.- Trasplantes ilegales
10.- Conclusiones
1.- ¿Qué transmitir?
1/ Que en un estado sionista (y colonial por ello), la Nakba y el régimen de apartheid y ocupación están inextricablemente ligado a las violaciones de derechos humanos. Ahora la matanza de civiles indefensos es expresión también de una degeneración moral que afecta a la sociedad en conjunto, que acepta la violación rutinaria de los derechos humanos.
2/ Que prueba de ello son las atrocidades cometidas con la necesaria cooperación de médicos, que contravienen toda la ética y legislación al respecto. Por ejemplo, la tortura está documentada hace décadas pero se ha agravado con la actual masiva destrucción y asesinatos en Gaza y las incursiones en Cisjordania y Líbano.
3/ Que la pérdida de la ética médica lleva a atrocidades inimaginables, no sólo la tortura y denegación de auxilio a detenidos palestinos, sino también a la cooperación en el tráfico de órganos para trasplantes, por ejemplo.
4/ Que no podemos callar ante tales brutalidades y como profesionales de la sanidad tenemos que difundir dichas actividad para tomar medidas que lleven a su eliminación.
2.- ¿Qué impacto queremos?
1/ El primer impacto a lograr es demostrar con hechos, cifras y testimonios, que no dejen lugar a dudas de lo que decimos.
2/ Es importante, también, demostrar que se ha intentado parar tal deshumanización en múltiples ocasiones mediante la denuncia por variadas organizaciones.
3/ Hay que evitar el amarillismo y el morbo, y por tanto los testimonios directos, a emplear sólo los estrictamente justificados y necesarios.
4/ El público diana es el personal médico español, pero también otras profesiones sanitarias y el público en general.
5/ A largo plazo, establecer una estrategia constante de denuncia de las atrocidades y de la participación médica en las mismas.
3.- PUNTOS CLAVE
La tortura carece de ética, es una brutalidad sin sentido, y además resulta ineficaz (la información que se obtiene es la que se quiere, aunque sea falsa forzada por la desesperación).
El fin no justifica los medios, nunca, NUNCA. Ni siquiera en “la guerra contra el terrorismo”.
Lamentablemente, ni se consideran ni enseñan en los estudios de pre y postgrado de ciencias de la salud ni la “Declaración de Tokio”, de la Asociación Médica Mundial (contra la participación de médicos en la tortura y trato degradante a personas detenidas y/o encarceladas) ni el “Protocolo de Estambul”, ni las “Reglas Nelson Mandela” de la Organización de Naciones Unidas (“Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, “Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos”). En síntesis: «No utilizaré mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y libertades civiles, ni siquiera bajo amenaza».
https://www.ohchr.org/sites/default/files/documents/publications/training8rev1sp.pdf
https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/Nelson_Mandela_Rules-S-ebook.pdf
La tortura es universal, incluso en países como España, firmante del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de la Convención contra la Tortura. Como se estudió en “The Torture Doctors” (publicado en 2020): Al menos cien países emplean a médicos en torturas, desde democracias a dictaduras.
https://press.georgetown.edu/Book/The-Torture-Doctors
Los médicos son esenciales en la práctica de la tortura respecto a la selección, aplicación, mantenimiento y ocultación de la misma. Por ello, ante un caso de tortura es fundamental preguntarse siempre “¿Dónde estaba el médico?”. La respuesta es muy dura porque en general el médico esta con los torturadores.
En Israel, la tortura es consustancial a su creación como Estado ilegal en 1948. La esencia de Israel es el colonialismo y el terrorismo (y la tortura, que allí es actividad “legal” apoyada por sus médicos).
El problema general es milenario y ha sido objeto de diversos estudios concretos demostrando, por ejemplo, la participación médica en la tortura de detenidos en las dictaduras del siglo XX (Argentina, Chile, España, Sudáfrica, etc) y más recientemente en Estados Unidos, Israel, Italia, Reino Unido y Sry Lanka
https://theconversation.com/los-medicos-y-la-tortura-como-es-posible-esta-relacion-153982
https://www.bmj.com/content/343/bmj.d5766
Se ha documentado también la participación de profesionales de la sanidad de Estados Unidos en torturas en Afganistán, Irak y en Guantánamo
En la historia de la tortura y participación médica en la misma, nada como el movimiento eugenésico en el mundo de final del siglo XIX y comienzos del XX, con intervenciones de esterilización forzada en, por ejemplo, Alemania, Estados Unidos y Suecia (en Alemania, además, matanzas de “enfermos y desviados” denunciados por los médicos). En Alemania, con sus campos de exterminio, la eugenesia formó parte de la ideología nazi (y conviene hacer notar que el 40% de los médicos alemanes fueron miembros de dicho partido). En plena II Guerra Mundial, y pese a ser invadida por los nazis, los médicos de los Países Bajos se opusieron en bloque a sus normas “sanitarias”. Los médicos holandeses rechazaron unánimemente las ordenes nazis, devolvieron sus licencias médicas y se mantuvieron firmes incluso después de que 100 de ellos fueran enviados a campos de concentración.
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC1496966/
https://www.revclinesp.es/es-medicina-nazismo-aprender-historia-articulo-S0014256511000543
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7149338/
Posteriormente, con el juicio de Nuremberg y el “Código de Nuremberg” se estableció un mandato legal y moral que llevó a la ya citada “Declaración de Tokio” de la Asociación Médica Mundial en contra de toda forma de participación médica en la tortura.
En la práctica, la actitud de la Asociación Médica Mundial (WMA) es parcial, depende de dónde se torture. Así, es rápida en la denuncia de la posible implicación médica en la tortura en Irán, pero nunca ha hecho lo propio contra Israel. [Respecto a la tortura] La Asociación Médica Mundial habla claro sobre Irán, pero no sobre Israel. ¿Por qué?
https://www.bmj.com/content/339/bmj.b4635
4.- LA TORTURA EN ISRAEL
¿Existe la tortura en Israel?
Sí.
Cada año, el Comité Público contra la Tortura en Israel (PCATI) recibe docenas de denuncias de tortura física y psicológica realizada por interrogadores de la ISA (Agencia de Seguridad Israelí, también conocida como Shin Bet o Shabak). Entre los métodos de tortura denunciados figuran el encadenamiento doloroso, la privación de sueño, la exposición a calor o frío extremos, las amenazas, el acoso sexual y la humillación por motivos religiosos. Además, se han denunciado casos de tratos crueles, inhumanos o degradantes por parte de la policía y el servicio penitenciario israelíes.
¿Es legal la tortura en Israel?
No.
La tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes están absolutamente prohibidos, tanto por la legislación internacional como por la israelí. Sin embargo, Israel aún no ha promulgado una ley que prohíba explícitamente la tortura, a pesar de haberse comprometido anteriormente a hacerlo.
La tortura no es “legal, pero la eufemísticamente denominada «presión física moderada» es legal y se ha utilizado en el interrogatorio de decenas de miles de palestinos durante muchos años con la justificación de “evitar ataques terroristas”.
La tortura israelí es institucionalizada y sistemática, llevada a cabo por el vasto régimen de «seguridad» del Estado y sancionada por sus brazos legales y judiciales. En el ámbito internacional, el uso de la tortura en Israel continúa sin control a pesar de que el Estado es signatario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
https://stoptorture.org.il/en/torture-in-israel-today/
5.- EN ISRAEL LA TORTURA NO ES DE HOY
Las pruebas de los últimos 40 años demuestran que los médicos israelíes incumplen sistemáticamente sus obligaciones éticas y actúan violando el derecho internacional. Como se detalla en informes de Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Médicos por los Derechos Humanos-Israel y muchos, muchos otros, la participación de los médicos israelíes en la tortura es sistemática y, de hecho, forma parte integrante del régimen de tortura de Israel.
- The Lancet. A menudo no se pronuncian las asociaciones médicas de países donde la tortura es endémica. Este dilema puede ser comprensible en Irak o El Salvador, donde los médicos comprometidos con la justicia han sido perseguidos.
Pero ¿qué ocurre en países, e Israel es uno de ellos, donde hay libertad de expresión?
Debemos deducir que las asociaciones médicas callan porque aceptan tácitamente una definición de ciudadanía leal que sostiene que los abusos de los derechos humanos pueden ser necesarios en nombre de la seguridad nacional.
Israel es un caso llamativo porque la tortura no es “legal, pero la eufemísticamente denominada «presión física moderada» es legal y se ha utilizado en el interrogatorio de decenas de miles de palestinos durante muchos años. En una audiencia celebrada en Ginebra en mayo de 1997, el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas censuró a Israel en un dictamen jurídico que dejaba de lado la alegación de Israel de que era esencial para obtener información que pudiera evitar ataques terroristas
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(05)66265-4/abstract
- El Comité Público contra la Tortura en Israel (PCATI) difundió testimonios en los que se denunciaba que, entre las sesiones de tortura, las víctimas eran atendidas por médicos que no documentaban ni denunciaban las torturas.
https://www.hamoked.org/files/2016/7243_eng.pdf
- Physicians for Human Rights Israel (PHRI) documentó la implicación innegable de los médicos de prisiones en los malos tratos al devolver las víctimas a los agresores tras una atención superficial, compartir información médica con los torturadores y no documentar ni denunciar la tortura y los malos tratos. A pesar de que se pidió a la Asociación Médica Israelí (IMA) que investigara a los médicos acusados, no se examinaron los expedientes médicos ni se entrevistó a las víctimas.
- En mayo de 2009, pedimos a la Asociación Médica Mundial (AMM) que tomara medidas ante las muchas pruebas que atestiguaban la connivencia sistemática con la tortura por parte de médicos israelíes y de la Asociación Médica Israelí (AMI) durante muchos años. La “Declaración de Tokio” de la AMM prohíbe a los médicos participar en la tortura y les obliga a informar sobre ella y denunciarla. En 2010 intensificamos nuestro llamamiento al relator especial de la ONU sobre la tortura. En marzo de 2013, la oficina del relator nos informó de que la IMA y la AMM eran organizaciones de la sociedad civil ajenas a su mandato.
https://www.bmj.com/content/349/bmj.g4386
- Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Comité contra la Tortura. Observaciones finales sobre el quinto informe periódico de Israel. El Comité recomienda al Estado Parte que incorpore al derecho interno el principio de la prohibición absoluta de la tortura de conformidad con el artículo 2 de la Convención y, recordando sus recomendaciones anteriores, que elimine por completo la necesidad como posible justificación de la tortura.
- Complicidad médica en la tortura en Israel
https://countercurrents.org/2021/07/medical-complicity-with-torture-in-israel/
- Journal Medical Ethics. Este texto resume el llamamiento en curso iniciado en 2009 por 725 médicos de 43 países sobre la complicidad médica con la tortura en Israel. Se ha apoyado en una base de pruebas voluminosa, que sigue incrementándose, procedente de organizaciones internacionales y nacionales de derechos humanos de renombre y ha abarcado los mandatos de cuatro presidencias de la Asociación Médica Mundial (AMM) y de dos relatores especiales de la ONU sobre la tortura. Esta campaña ha sido una prueba de fuego para comprobar si los códigos médicos internacionales relativos a los médicos y la tortura realmente importan y si se aplican con rigor e imparcialidad, en particular cuando hay pruebas convincentes que incriminan a una asociación miembro de la AMM. Nuestros hallazgos en el caso de Israel sugieren que esto no es cierto y que la impunidad opera en gran medida. La AMM parece violar de forma partidista su mandato de ser el organismo internacional oficial de control del comportamiento ético de los médicos. Y como demuestra el caso de la IMA (Israeli Medical Association) por su inacción, las asociaciones médicas nacionales u otros organismos reguladores parecen funcionar en la base como contrafuertes y escudos del Estado.
https://jme.bmj.com/content/48/6/367
6.- FUENTES PRINCIPALES DE INFORMACIÓN ACTUAL
Más de 600 profesionales de sanidad asesinados, más de 300 detenidos, más de 5 muertos en prisión, más de 20 desaparecidos
The Killing, Detention, and Torture of HCWs in Gaza
https://healthcareworkerswatch.org/
Entrevistas a ocho profesionales y análisis general
Israel: Palestinian Healthcare Workers Tortured
https://www.hrw.org/news/2024/08/26/israel-palestinian-healthcare-workers-tortured
Entre 2001 y junio de 2021 se presentaron ante el Ministerio de Justicia de Israel más de 1.300 denuncias de tortura por parte de autoridades israelíes. Éstas han dado lugar a dos investigaciones penales y a ninguna acusación. El presente trabajo se basa en 17 casos.
War Crimes in the Interrogation Chamber: The Israeli Systematic Policy of Torture, Inhuman and Degrading Treatment, Unlawful Deportation, and Denial of Fair Trial of Palestinian Detainees
https://stoptorture.org.il/wp-content/uploads/2022/06/FIDH-PCATI_Art.-15-communication-June-2022.pdf
El informe de Médicos por los Derechos Humanos de Israel (PHRI) y el Comité Público contra la Tortura en Israel se basa en más de 100 casos de malos tratos a detenidos palestinos desde 2007. En él se constata que los médicos participaron en torturas, directa o indirectamente, «violando sus obligaciones éticas y morales.»
Doctoring the Evidence – Abandoning the Victim
https://www.ifhhro.org/news/israel-prison-doctors-and-complicity-in-torture-and-ill-treatment/
Israel debe poner fin a las detenciones masivas en régimen de incomunicación y a la tortura de personas palestinas de Gaza. Ley israelí abusiva utilizada para detener de forma arbitraria a personas palestinas de Gaza indefinidamente sin cargos ni juicio. La Ley de Combatientes Ilegítimos legaliza la detención en régimen de incomunicación, facilita la desaparición forzada y debe ser derogada. Testimonio de tortura de 27 personas que estuvieron detenidas: 5 mujeres, 21 hombres y un niño de 14 años
Es deber de todos los médicos, del personal sanitario y de las organizaciones que representan a la comunidad sanitaria oponerse a lo que está ocurriendo en Sde Teiman (un centro de detención en la base militar de Sde Teiman con un hospital de campaña [después de que los hospitales israelíes se negaran a admitir a detenidos gazatíes], en el desierto del Néguev) en general y, en particular, en relación con el tratamiento médico que allí se da a los prisioneros. Los abajo firmantes de este informe consideran que esas instalaciones deben cerrarse y que debería estar prohibida la presencia de personal médico en un lugar donde el trato y las condiciones equivalen a tortura.
Medical ethics and the detention of Gaza residents since the start of the 2023 war. An ethical opinion paper.
https://www.phr.org.il/wp-content/uploads/2024/04/5954_medical_ethics_Report_Eng.pdf
Según el Ministerio de Sanidad palestino, a finales de junio de 2024, más de 500 profesionales médicos habían muerto en Gaza desde el 7 de octubre.
Action must be taken on alleged complicity of Israeli doctors in torture
Strapped down, blindfolded, held in diapers: Israeli whistleblowers detail abuse of Palestinians in shadowy detention center
7.- INFORMES Y DECLARACIONES
Entre los funcionarios públicos que facilitan y protegen la actividad de tortura de los detenidos por la ASI (Agencia de Seguridad Israelí, también conocida como Shin Bet o Shabak) se encuentra el Médico Jefe del Servicio de Prisiones de Israel (IPS, Israel Prison Service) y los médicos empleados por el IPS. El IPS es responsable de la gestión de los centros de detención de la ASI donde tienen lugar los interrogatorios, y los médicos desempeñan un papel activo en los interrogatorios examinando a los detenidos y «autorizándo» los interrogatorios con tortura o haciendo la vista gorda ante la tortura cuando examinan a los detenidos.
https://stoptorture.org.il/wp-content/uploads/2022/06/FIDH-PCATI_Art.-15-communication-June-2022.pdf
«Cada minuto nos golpeaban. Por todo el cuerpo, en zonas sensibles entre las piernas, el pecho, la espalda. Nos daban patadas por todo el cuerpo y en la cara. Utilizaban la parte delantera de las botas, que tenía una punta de metal, y luego sus armas. Tenían mecheros: un soldado intentó quemarme, pero quemó a la persona que estaba a mi lado. Les dije que soy médico, pero no les importó». Estas palabras de Eyad Abed, cirujano de 50 años detenido por el ejército israelí mientras trabajaba en un hospital de Gaza, son sólo uno de los testimonios recogidos en un nuevo informe de HRW (Human Rights Watch) que documenta los abusos cometidos por Israel contra el personal médico en Gaza desde octubre de 2023.
Un auxiliar contó que en el centro de detención de Sde Teiman lo colgaron de una cadena atada a unas esposas, le aplicaron electroshock, le negaron atención médica para las costillas rotas por los golpes y le administraron lo que creía que era un psicofármaco antes de los interrogatorios. «Era tan degradante que resultaba increíble», afirma. «Ayudaba a la gente como auxiliar sanitario, nunca esperé algo así».
En primer lugar -como describen los médicos, enfermeros y paramédicos liberados- fueron objeto de detenciones masivas, la mayoría de las veces en el lugar de trabajo tras el asedio israelí a hospitales o durante evacuaciones de hospitales que habían sido obligadas por el ejército israelí.
Una vez bajo custodia israelí, los malos tratos comenzaron de inmediato. Los trabajadores sanitarios denunciaron que se les obligaba a desnudarse públicamente de una vez y a permanecer arrodillados durante largos periodos, a la intemperie y expuestos a los elementos.
En segundo lugar, los trasladaron de Gaza a centros de detención en Israel y la Cisjordania ocupada. Allí, según relatan, los golpearon, les vendaron los ojos y los esposaron durante semanas. Los torturadores israelíes intentaron obligarles a confesar que eran miembros de Hamás utilizando diversas amenazas, como la detención sin fin, la violación y el asesinato de sus familias en Gaza.
Los ex detenidos describieron también los malos tratos que sufrieron bajo custodia israelí: detención en condiciones terribles, privación de agua y alimentos adecuados y denegación de atención médica. Todos ellos eran profesionales de la salud y a ninguno se le informó nunca del motivo de su detención ni se les acusó de ningún delito.
https://www.hrw.org/es/news/2024/08/26/israel-tortura-al-personal-medico
Said Maarouf, pediatra de 57 años detenido por el ejército israelí durante una redada en el hospital bautista Al Ahli, en la ciudad de Gaza, en diciembre de 2023, y recluido durante 45 días en el campo militar de Sde Teiman, contó a Amnistía Internacional que los guardias lo habían mantenido todo el tiempo que estuvo detenido con los ojos vendados y esposado, y que le habían privado de comida, golpeado repetidamente y obligado a permanecer de rodillas durante largos periodos
“Como consecuencia de las duras y ajustadas esposas, casi todos los detenidos sufren graves lesiones. Médicos israelíes que han trabajado en el hospital de Sde Teman han denunciado haber amputado miembros de detenidos de Gaza debido a los daños causados por las esposas”.
Los detenidos sufren graves violaciones de los derechos humanos, sus problemas sanitarios no reciben atención y algunos de los médicos de los campos y prisiones son cómplices de estos abusos. En lugar de cumplir con su deber ético de prestar atención, estos médicos a menudo se niegan a tratar a los detenidos, contribuyendo a su sufrimiento. Además, en muchos casos, el personal médico no sólo niega el tratamiento, sino que participa activamente en la tortura. Ocultan las lesiones resultantes de la tortura y no documentan los efectos físicos ni psicológicos. Esta negligencia deliberada priva a los detenidos de la posibilidad de utilizar pruebas médicas contra sus torturadores.
Dicha política criminal médica es una de las políticas establecidas por el ejército de ocupación israelí para detener a los palestinos heridos. Se complementa con el trato que el Servicio de Prisiones y las IOF (Israel Occupying Force) dan a los prisioneros palestinos recluidos en centros de detención y prisiones, incluidos los que padecen enfermedades graves de hígado, riñón, corazón, cáncer y otras dolencias. Aunque los derechos humanos y la justicia médica constituyen un marco para garantizar la prestación de la atención sanitaria necesaria a los presos, independientemente de su condición jurídica, los testimonios e informes recogidos durante el año 2023 confirman casos de graves violaciones de la asistencia sanitaria prestada a los presos palestinos en las cárceles israelíes. Es especialmente evidente en la clínica de la prisión de Ramla, que, según las autoridades de ocupación israelíes, es una clínica para casos médicos especiales. Sin embargo, la realidad de las condiciones confirma que no es más que una prisión que alberga material médico primitivo y no puede considerarse un centro sanitario.
https://www.addameer.org/sites/default/files/publications/GF%20Submission.pdf
Hospital Sde Teiman. Declaraciones de confidentes. «Describen un cuadro de unas instalaciones en las que los médicos a veces amputaban miembros a los presos debido a las lesiones sufridas por las constantes esposas; de procedimientos médicos a veces realizados por médicos poco cualificados, lo que le ha valido la reputación de ser «un paraíso para los internos»; y donde el aire se llena del olor de las heridas descuidadas que se dejan pudrir».
«Lo que sentí al tratar con esos pacientes es una idea de vulnerabilidad total», dijo un médico que trabajó en Sde Teiman.
«Si te imaginas a ti mismo sin poder moverte, sin poder ver lo que está pasando y estando completamente desnudo, eso te deja completamente indefendo», dijo la fuente. «Creo que es algo que roza, si no cruza, la tortura psicológica».
Otro denunciante dijo que le ordenaron realizar procedimientos médicos a los detenidos palestinos para los que no estaba cualificado.
«Me pidieron que aprendiera a hacer cosas en los pacientes, realizando procedimientos médicos menores que están totalmente fuera de mi experiencia», dijo, y añadió que esto se hacía frecuentemente sin anestesia.
«Si se quejaban de dolor, les daban paracetamol».
«El mero hecho de estar allí me hacía sentir cómplice de un abuso».
El mismo denunciante dijo también que fue testigo de la amputación de un hombre que había sufrido lesiones causadas por el constante uso de sus muñecas con esposas. El relato coincidía con los detalles de una carta escrita por un médico que trabajaba en Sde Teiman publicada por Ha’aretz en abril de 2024.
«Desde los primeros días de funcionamiento del centro médico hasta hoy, me he enfrentado a graves dilemas éticos», decía la carta dirigida al fiscal general de Israel y a sus ministerios de Sanidad y Defensa, según Ha’aretz. «Más que eso, les escribo (esta carta) para advertirles de que el funcionamiento de las instalaciones no cumple ni una sola sección de las que tratan de la salud en la Ley de Encarcelamiento de Combatientes Ilegales».
El informe de PHRI (Médicos por los Derechos Humanos de Israel) advertía de «la grave preocupación de que se recurra al anonimato para impedir la posibilidad de investigaciones o denuncias sobre infracciones de la ética y la profesionalidad médicas».
https://www.phr.org.il/wp-content/uploads/2024/04/5954_medical_ethics_Report_Eng.pdf
“Durante el periodo de estudio se documentaron un total de 2.950 visitas hospitalarias de personas encarceladas. Los pacientes llevaban esposas-grilletes en 2812 (95-3%) de estas visitas. Los pacientes fueron acompañados por guardias en todas las visitas (n=1078 con datos disponibles; 518 [48-1%] con dos guardias y 442 [41-0%] con tres o más guardias). Cuando se conocía el tipo de visita (n=2849), las proporciones de engrilletamiento eran similares entre las visitas ambulatorias (2249 [95-8%] de 2347) y las visitas hospitalarias (470 [93-6%] de 502). A los pacientes ambulatorios se les colocaron grilletes en ambas manos y piernas con mayor frecuencia (1.752 [87-0%] de las visitas de 2013 con datos disponibles). En al menos 258 (51-4%) de las 502 visitas de pacientes hospitalizados, los pacientes fueron encadenados a la cama, aunque esto podría ser una subestimación dado que faltaba información detallada sobre el método de encadenamiento para algunos pacientes hospitalizados. En 155 visitas, los pacientes hospitalizados estaban sujetos a la cama con dos grilletes cortos oblicuos en un brazo y una pierna opuestos, que impedían su movimiento durante la estancia hospitalaria, lo que representa el 79-9% de las 194 visitas de pacientes hospitalizados en las que el paciente estaba sujeto con grilletes a la cama y se conocía la posición de los grilletes”.
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01242-4/fulltext
8.- NO ES UNA CUESTIÓN PERSONAL SINO INSTITUCIONAL, COLONIALISTA
Reacciones de la IMA (Israeli Medical Association) a los llamamientos de PHRI (Physicians for Human Rights Israel).
Algunas de las preocupaciones expuestas en este informe se han puesto en conocimiento de la IMA, pero sus respuestas han sido inadecuadas y superficiales. Por ejemplo, cuando alertamos a la Asociación Médica Mundial (AMM) de que se estaba impidiendo la hospitalización de los detenidos de Gaza en los hospitales públicos, el asesor jurídico de la IMA escribió a la AMM que «se había creado un hospital específico dentro del Servicio de Prisiones israelí para tratar a estos terroristas». En cambio, el médico jefe del IPS, el Dr. Liav Goldstein, mencionó explícitamente en su respuesta del 30 de octubre de 2023 que «el IPS (Servicio de Prisiones de Israel) no mantiene un hospital específico como afirma en su carta”.
El Comité de Ética de la IMA examinó la queja y respondió que había investigado la cuestión y que no había ningún problema, nada que decidir al respecto.
https://www.phr.org.il/wp-content/uploads/2024/04/5954_medical_ethics_Report_Eng.pdf
Aunque la ASI dirige el sistema, una amplia red de socios colabora para facilitarlo. El Servicio de Prisiones de Israel (IPS) adapta las condiciones de la prisión para que coincidan con el plan de interrogatorio diseñado para quebrar el espíritu del detenido. El personal médico y de salud mental da luz verde a los interrogatorios de los palestinos que llegan al centro -incluso en casos de mala salud- e incluso devuelve a los detenidos a los interrogadores tras atender las lesiones físicas y mentales que sufrieron en el interrogatorio, a sabiendas de que serían sometidos a medidas de maltrato y tortura.
https://www.btselem.org/torture
Independientemente de la ética o las leyes, el personal médico israelí actúa ante todo como agente del régimen colonial de Israel. Bajo el colonialismo de colonos, todos los aspectos de la sociedad colonizadora sirven a un propósito: fomentar la opresión del pueblo colonizado.
La profesión médica no es diferente. En su ensayo «Medicina y colonialismo», Frantz Fanon esboza lo que significa ejercer la medicina en un contexto colonial. Hablando de la Argelia francesa, escribe:
«El médico mismo… ha decidido excluirse del círculo protector que los principios y los valores de la profesión médica han tejido a su alrededor… En una región determinada, el médico se revela a veces como el más sanguinario de los colonizadores… así que se convierte en el torturador que resulta ser médico».
Fanon prosigue:
«En el plano estrictamente técnico, el médico europeo colabora activamente con las fuerzas coloniales en sus prácticas más espantosas y más degradantes.»
9.- TRASPLANTES ILEGALES
Una sociedad colonial no tiene ningún freno moral. Por ello no es de extrañar que los cuerpos de palestinos sirvan de fuente de órganos para trasplantes.
La primera acusación grave de tráfico de órganos contra Israel se produjo durante la Primera Intifada Palestina, a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Durante este periodo, muchas familias palestinas afirmaron que los cuerpos de familiares muertos en operaciones llevadas a cabo por las fuerzas israelíes habían sido devueltos sin órganos. Aunque en un principio se desestimaron como propaganda infundada, el aumento de informes similares reforzó la especulación y la preocupación.
El caso del joven palestino Bilal Ahmed Ghanem, asesinado por soldados israelíes en 1992, y un artículo publicado en 2009 en el periódico sueco Aftonbladet titulado “Our Sons’ Organs Were Stolen” (“Los órganos de nuestros hijos fueron robados”) pusieron aún más de relieve estas denuncias. El artículo incluía entrevistas con familiares que afirmaban que Israel había extraído órganos de palestinos fallecidos y sugería la existencia de una red de tráfico de órganos conectada con instituciones médicas israelíes.
Funcionarios israelíes habían admitido anteriormente haber extraído partes del cuerpo de palestinos y de otros. En un polémico programa de televisión israelí de 2014, altos funcionarios confesaron haber extraído piel de palestinos fallecidos y de trabajadores africanos, que se utilizó para tratar las quemaduras de soldados israelíes.
El director del “Banco de Piel” israelí reveló que las reservas de piel humana del país habían alcanzado los 17 metros cuadrados, una cantidad significativa para una población pequeña, lo que sugiere una práctica de recolección de órganos más extensa.
La médica y antropóloga israelí Meira Weiss, en su libro “Over Their Dead Bodies” (2002), incluyó detalles sobre la extracción sistemática de órganos a palestinos, que se utilizaban para la investigación médica en universidades israelíes y se trasplantaban a pacientes israelíes
La organización [the International Committee of the Red Cross] expresó su preocupación por el robo de órganos de los cadáveres citando informes de profesionales médicos de Gaza que examinaron algunos cuerpos poco después de su liberación. Estos profesionales encontraron pruebas de robo de órganos, como cócleas y córneas, así como órganos vitales como hígados, riñones y corazones
https://www.middleeastmonitor.com/20231127-is-israel-stealing-organs-from-dead-palestinians/
10.- Conclusiones
Las atrocidades que comete Israel contra Palestina son expresión de políticas coloniales que buscan el apropiamiento de bienes muebles e inmuebles y la “anulación de la población originaria”.
El régimen de apartheid y ocupación de Israel está inextricablemente ligado a las violaciones de derechos humanos.
Es decir, son políticas que pretenden eliminar toda resistencia al arrebatar la dignidad, la solidaridad y la ternura, también el arte y la cultura, pues, para establecer un régimen colonial, no basta con matar, hay que aterrorizar y degradar a personas y poblaciones. Ello se logra, en mucho, con la detención ilegal y la tortura sistemática de miles de individuos.
Cuando hay tortura sistemática es imprescindible la presencia médica, como se ha documentado múltiples veces en Israel. Y la cuestión no es de profesionales sádicos y/o degenerados, sino algo institucional, del cuerpo sanitario israelí y, en último extremo de toda la sociedad israelí.
El personal de sanidad israelí participa de múltiples formas en las prácticas degradantes contra presos palestinos, desde la tortura en las propias prisiones al incumplimiento de normas de obligado cumplimiento en los hospitales israelíes a los que se llevan a pacientes, incluyendo la participación en trasplantes ilegales (piel, cóclea, córnea, rinón, etc).
En concreto, respecto a las torturas en prisiones y centros de detención, los médicos israelíes cooperan en
1/ la valoración inicial (ignorando en muchos casos las malas situaciones de ingreso, desde enfermedades a lesiones),
2/ la falta de documentación y registro de los daños causados por la tortura,
3/ la prestación de servicios de baja calidad y la atención superficial, 4/ el compartir información con los torturadores,
5/ la no denuncia de las torturas y
6/ la práctica de todo ello buscando el anonimato.
La destrucción sistemática de las instalaciones sanitarias y la detención, tortura y asesinato deliberado de profesionales de la sanidad de Palestina por parte de Israel obedece a un plan colonialista general de genocidio y “disolución” de las estructuras y los determinantes que ayudan a vivir como humanos en sociedad, un plan para debilitar el “pegamento” que nos hace personas.
Tal sociedad amoral que tolera el aniquilamiento y la pérdida de derechos humanos de otra sociedad es una sociedad enferma que envenena la vida de sus propios ciudadanos.
La sociedad colonizadora israelí no puede escapar a lo que ocurre en la colonia (la ocupada Palestina) y la ideología de las leyes racistas, la normalización del despojo y la brutalidad opresora no se queda allí, vuelve y contamina el pensamiento, las artes, la justicia y la vida del propio Israel.
Israel es un peligro para sí mismo, para Palestina, y para la Humanidad.
NOTA
Las naciones “occidentales” apoyan a Israel desde su fundación en 1948 como demuestra la tolerancia a su incumpliento sistemático de los acuerdos y leyes internacionales. También apoyan el genocidio actual, incluyendo la “demonización” que justifica la destrucción selectiva de las instalaciones sanitarias y el asesinato, encarcelamiento y tortura de profesionales de la sanidad.
Conviene tener presente, por ejemplo, una enmienda israelí que se aprobó en la Asamblea Mundial de la Salud (OMS, Organización Mundial de la Salud) el 31 de mayo de 2024. La enmienda israelí «pide la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes retenidos en Gaza, incluidos niños, mujeres y ancianos, y condena el uso, por parte de grupos armados, de instalaciones sanitarias, incluidos hospitales y ambulancias, que pone en peligro a la población civil». La enmienda recibió un amplio respaldo, desde aliados tradicionales, como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, hasta países que suelen oponerse a Israel en foros internacionales, como Islandia, España y Filipinas
https://www.jns.org/israeli-amendment-surprisingly-passes-world-health-assembly/