Las fronteras de la medicina no cesan de ampliarse. A través del fenómeno de la medicalización, multitud de procesos que anteriormente eran ajenos a la medicina han pasado a ser explicados y tratados por médicos.

Uno de ellos es el proceso natural del envejecimiento, y dentro de él el declive en la actividad -principalmente sexual- del varón. Clásicamente llamado andropausia y considerado como un síndrome por falta de testosterona, ha pasado por momentos históricos en los que casi parecía desaparecido del discurso médico.

Sin embargo, con el auge de los medicamentos para el sexo, la idea de la andropausia ha resurgido, a pesar de que numerosas evidencias científicas acumuladas en los últimos años hayan alimentado muchas dudas alrededor de este concepto. La disponibilidad de expertos y asociaciones profesionales a acrecentar su aceptabilidad social ha resultado también clave.

La información sobre salud ayuda a normalizar los procesos sociales por los que determinados problemas caen en el dominio de la medicina. La andropausia no ha sido ajena a este fenómeno. La influencia de los medios de comunicación sobre la opinión pública es indiscutible. Conocedores de esta cualidad, los actores interesados en sensibilizar sobre la andropausia han lanzado -mediante informaciones sobre encuentros con expertos, actividades científicas, encuestas, seminarios de formación y campañas específicas- numerosos mensajes que, en una importante proporción, han favorecido la medicalización de la sexualidad del varón maduro. Todo ello parece responder a una estrategia de comunicación muy definida y que en ocasiones parece entrar en conflicto con el rigor periodístico.

[Extractos de «, @airiberri. Medios de comunicación como agentes que facilitan la medicalización de la vida: el ejemplo de la andropausia«]