No cabe pasar pagina y menos aún aceptar la autocomplacencia, como es el inequívoco propósito de la OMS y de nuestras autoridades sanitarias. Los daños intangibles (sobre todo en perdida de credibilidad y confianza) y materiales, con proliferación de conflictos de interés y negocios a la sombra de un absurdo despilfarro público, precisan transparencia, aprender de los errores y depurar las responsabilidades que procedan.

Más información: Pandemic (H1N1) 2009